El título lleva el nombre del último libro donde participó Pablo Vommaro. Profesor de Historia, investigador del CONICET, doctor en Ciencias Sociales e Investigador de CLACSO (El Consejo Latinoamericano de Ciencias Sociales). Este trabajo de investigación data del 2011 a esta parte. El recorrido del texto nos lleva a poder conocer el proceso de los asentamientos, la toma de tierras y la confluencia de los movimientos sociales que emergen en los años posteriores a 1980-1990. Una mirada puesta en el análisis de los procesos de militancias, desde Malvinas hasta llegar a la etapa donde el Kirchnerismo tuvo un papel preponderante. Vommaro diálogo con ANCAP y nos contó este recorrido.
Por Federico Paterno
Pedro Nuñez, Rafael Blanco y Melina Vázquez forman parte del equipo de trabajo que concretó Militancias juveniles en la Argentina democrática. Pablo Vommaro, tiene en su haber un trabajo de investigación donde analiza la disputa generacional de una nueva política contra la vieja política, Juventudes y políticas en la Argentina y en América Latina (2016), sus trabajos no concluyen ahí, otros materiales para leer sus textos de investigación son: Soberanía, hegemonía e integración De las democracias en revolución en América Latina (2015), Pensamientos críticos contemporáneos. Análisis desde Latinoamérica (2015). La lista continúa.
¿Cómo surge la elección del tema para el libro?
El tema tiene que ver con el trabajo en el marco del equipo de estudio de políticas y juventudes del Instituto Gino Germani de la UBA, que venimos trabajándolo desde el 2011 en diferentes espacios de participación juvenil en Argentina y América Latina.
Empezamos a identificar que la década de la llamada restauración o regreso a la democracia o también antes de Malvinas, hasta el 87 -89 fue un momento fundante en muchas formas de participación, que tuvieron continuidad en los 90 y en el 2001. El libro, propone hacer un foco en la década de los 80. Con la idea de que se conformaron modalidades que van a ser preponderantes en momentos posteriores.
¿Cómo caracterizan la militancia desde el libro en el periodo 2008-2015?
En el periodo 2008-2015 o el periodo post 2008 hasta la actualidad, hacemos cierto paralelismo como periodos de intensificación de una participación política juvenil, sistemática y no esporádica, no solapados, sino que más protagónicos, en el 2008 vemos un año emergente. Tomamos ese año por varias cuestiones, por ejemplo lo ocurrido con el conflicto del campo, el asesinato de Mariano Ferreyra, al poco tiempo matrimonio igualitario. No diría que es una idea de abonar de un regreso de los jóvenes a la política, yo creo que en los 90 y en el 2001 también hubo participación juvenil y cultural. Sin entender los años 90, no se puede comprender el 2001. Eso no salió de un repollo, tiene que ver con un periodo de desgaste y de acumulación de larga duración. Las lecturas de los años 90 como de desinterés y poca participación política y a partir del 2007 una suerte de regreso a la política, pero se saltean el 2001 y el 2002, eso como le explican. Los movimientos sociales del 97, 98 y 99 existen.
¿Qué muestra el libro acerca del surgimiento y el proceso de los movimientos sociales y de base o territoriales?
En esa parte del libro se propone hacer un recorrido de la participación juvenil con la forma molecular territorializada. Se puede rastrear esto inclusive hasta los años 60, con el Cordobazo como emergente. Formas de participación situada. Los procesos de tomas de tierras de los años 80 y los movimientos vecinales de la primera mitad de los 80. Las tomas de tierras que vuelven a emerger en La Matanza con la Federación de tierra y Vivienda (FTV), luego los movimientos de trabajadores desocupados (MTD) y los movimientos culturales en los barrios que eran un poco los que marcan la dinámica social de los años 90. Hay una especie de eco o una estela que se va prolongando entre los movimientos territoriales con fuerte protagonismo juvenil con el proceso del 2001. La matanza en el puente Pueyrredón en el 2002 fue algo muy importante. Ya avanzado el 2003, están avanzados los movimientos juveniles como el FOL o HLI. Con el trabajo de talleres culturales en los barrios y el tema de la tierra siempre está presente, el tema de la vivienda también.
¿Qué es lo más interesante para contarnos en relación al proceso del trabajo colectivo en la toma de tierras y la experiencia de los asentamientos en el conurbano?
Lo más peculiar que vi en ese trabajo es la persistencia de la forma de organización, una continuidad, que se actualizan con el tiempo. Cuando empecé a estudiar este hace 10 años a mí me sorprendía mucho encontrar estas continuidades. Poder encontrar líneas de permanencia es de las cosas que más me sorprendió en este trabajo. Poder sostener esas resistencias territoriales es lo de que más sorprendió en este trabajo. Es un dato que pervive hasta hoy. Hay momentos más invisibles y difusos, pero no desparecen, no se diluyen, se mantienen, persisten a nivel territorial y comunitario, la dimensión de comunitarios es muy importante. Hoy, en el 2017 en muchos barrios, hay una fuere capacidad de asociatividad de construir grupalidades en los barrios. Pueden ser más pequeñas o menos visibles, pero sin embargo permanecen y están ahí. Es importante para poner el foco.

¿Por qué la elección de Agustín Ramírez en la tapa del libro?
Hay un componente de imágen que nos parecía potente para la tapa del libro. Hubo una selección estética, no solo fue la imagen de Agustín, fue un proceso de búsqueda. Quisimos poner dos imágenes de los 80, con imágenes de la multipartidaria. Lo de Agustín fue porque es una experiencia de participación social y política de los 80. Agustín como militante de las Comunidades Eclesiales de Base, apoyando las tomas de tierras, con los fogones en el barrio, con los medios comunicación comunitaria como LATINOAMERICA GAUCHA, su trabajo en el FOSMO (Frente Opositor al Servicio Militar Obligatorio) con la objeción de conciencia en el servicio militar obligatorio. Agustín Ramírez, también victima de la violencia institucional y de la represión policial que le costó su vida. Condesan muchas dimensiones de la participación júvenil. Es un condensador, un emergente que es bisagra para articular dimensiones de participación política social y juvenil.
Nos pareció más potente la imagen del murtal de Agustín en un mural del barrio, que una foto de él, porque ahí Agustín permanece en los barrios.
¿Por qué eligieron sumar la experiencia del MOJUPO (Movimiento de Juventudes Políticas) en el libro?
Es una experiencia política inédita y desconocida, nos interesó rescatar su historia, fue un espacio transversal de confluencias de juventudes político partidarias. Desde comunistas, hasta radicales, pasando por intransigentes, peronistas, socialistas, etc. Antes de las elecciones se reúnen con los eco de la multipartidaria y paradójicamente esta experiencia tan potente y original en el año 1983 con las elecciones se diluye. Nunca más hubo un movimiento de juventudes políticas diversas.
En ese momento, salvo las juventudes de derecha, estaban todos ahí. Ese espacio nos pareció muy potente para ver cómo se puede encontrar una confluencia en la práctica a partir de juventudes partidaria que están en veredas antagónicas. Nos interesó rectar la experiencia, como memoria histórica, porque nos puede decir algo sobre el período actual, ya sea por similitud o por contraste.
Este libro puede ser de gran utilidad a la hora de analizar y entender los procesos de construcción comunitaria y territorial en muchas barriadas del conurbano. No obstante, es un material para observar con mayor claridad el presente de las militancias juveniles.
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