Por Camila Belén
Pero es corta la bocha, las mujeres organizadas estamos dando vuelta la torta.
Porque al final muchas veces ni se enteran, pero en Argentina abortamos un día cualquiera, y todos los días son días cualquieras, y cualquieras también son los lugares, abortamos en casas propias, de amigxs o vecinxs; abortamos mientras trabajamos en la limpieza del hotel o en la oficina.
Y para quien quiera saber lo que se siente, el aborto es un parto pero muy URGENTE.
Parimos decisiones.
Parimos respuestas a nosotras mismas.
Parimos caminos elegidos en la vida.
Parimos con amor, con dolor, con bronca,
con confianza y miedo,
parimos con coraje y sabiduría,
parimos con responsabilidad,
parimos con o sin ideología.
Parimos nuestro destino solas o acompañadas, abortamos-pariendo súper violentadas; no podemos decidir sobre nuestras vidas ¿te das cuenta lo gigante de esta hipocresía?
Y es que yo no quiero bardear a nadie, pero me obligan a tener que sincerarme.
Y no me vengan con que la legalización del aborto va a ser para que todas abortemos, eso sabemos bien que es mentira. Acá la penalización es la única que obliga.
Abortamos con fuerza y nuestra cuerpo puja los prejuicios de lo establecido por la sociedad, la iglesia y el Estado Represivo.
El mismo que por mantener la comodidad de las viejas guardias y la economía de la iglesia, obliga a miles de mujeres a ser madres sin desear. SIN DESEAR. SIN PLACER. SIN GOZAR. ¿Qué piensan? ¿Qué somos maquinitas sin deseo, sin proyectos, sin destino más que la maternidad?
La mayoría de las veces sabiendo que no se puede, que no nos da la guita, que la cosa está fulera y el bolsillo nos asfixia, y nos obliga a trabajar 24 horas al día, y entonces ¿a lxs pibxs quién los cuida?
ACÁ EL PROBLEMA ES QUE EL ESTADO NO HACE SU PARTE
Gritamos aborto legal para no morir, porque seguimos muriendo. Seguimos ganándonos la muerte por elegir nuestra vida. Por querer elegir cómo, dónde, cuándo y con quién. Siguen obligándonos a morir en la clandestinidad, cada vez que no nos garantizan educación sexual. Nos dejan morir cada vez que nos niegan la atención en los hospitales públicos; cuando llegamos con sangrado abundante, nos dejan morir.
Y eso que nosotras producimos, y nos formamos, nos transformamos y seguimos creando herramientas, comunicándonos con profesionales de todas las academias, las renombradas y las populares, para que el aborto clandestino se acabe.
Transformar la acción
Nosotras gritamos porque somos hermanas, ESA ES NUESTRA TRAMA.
El sistema nos propone odiarnos, considerarnos competencia, y nosotras a la inversa nos entendemos más de lo que se piensa. Aunque abortemos o no, nos acompañamos, nos respetamos, nos abrazamos y nos damos confianza, el trabajo en red no descansa.
Porque nos proponen estar separadas, nosotras abortamos en manada. Y nos transformamos a nosotras mismas, giramos como el universo, y la que fue acompañada ayer, acompañará mañana.
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