Por Juan Alberto Pérez
Mañana es el día clave. El tan esperado miércoles 13J en donde se dará el debate en el recinto de la cámara de Diputados de la Nación del proyecto de ley que busca la despenalización del aborto. Pasaron semanas de intensos debates, de presentaciones de todo tipo y de un sin fin de exposiciones que han enriquecido como nunca una problemática que es transversal en la sociedad Argentina. Mañana se buscará dar media sanción al proyecto, aunque hasta último momento se cuentan los votos.
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El paso previo será el dictamen en mayoría que se tratará el día de hoy. En el plenario de las comisiones de Legislación General, Salud y Familia y Legislación Penal habrá reunión para firmar el dictamen en mayoría, que se alcanzará con al menos 62 firmantes. Esto dará lugar a que se eleve al recinto el tratamiento de la ley.
Si bien el conteo es por arriba, en las últimas semanas se achicó la brecha de los diputados que supuestamente votarán en contra (117) porque así se han manifestado, y los que lo harán a favor (109), con un nivel de indecisos que podría virar la balanza para ambos lados (alrededor de 29 legisladores).
En las últimas horas se conoció una manifestación de la Comisión Interamericana de Derechos Humanos (CIDH) que declara que los proyectos de ley de Interrupción Voluntaria del Embarazo (I.V.E) están en concordancia con la Convención Americana. Además, ratificó que “No es admisible otorgar la condición de persona al embrión”.
El proyecto de ley de I.V.E plantea como objetivo fundamental el poder de decisión de la mujer sobre su propio cuerpo. En su artículo primero establece que “toda mujer tiene derecho a decidir voluntariamente la interrupción de su embarazo durante las primeras catorce semanas del proceso gestacional“. Además que dicha práctica se realice en los hospitales públicos en las condiciones de salubridad necesaria. Así mismo, establece que para realizar la práctica después del término de las 14 semanas se podrá efectuar en casos en qué el embarazo sea por caso de violación; si estuviera en riesgo la vida o la salud física, psíquica o social de la mujer; o si existieran malformaciones graves.
“Aborto si o no” ya no es el debate. Está claro que la práctica se realiza y se lleva puesta la vida de cientas de mujeres al año por la hacerlo sin las condiciones de salud necesarias. Además, que la decisión de la mujer sobre su cuerpo tenga pena punible marca lo lejos que estamos de una sociedad más equitativa.
Aquellos que dicen que la legalización traerá abortos masivos están hablando desde el desconocimiento de lo que significa el peso que debe atravesar una mujer para tomar esa decisión y las consecuencias psicológicas y físicas que trae aparejado. Por eso, el cambio es más profundo, es cultural y se ve reflejado con claridad en la proclama qué se eleva en estos días es “Educación sexual para decidir. Anticonceptivos para no abortar. Aborto legal, seguro y gratuito para no morir”