Por Juan Alberto Pérez
La economía en Argentina continúa en estado crítico y repercute de lleno en la calidad de vida de cada argentino. Se conoció en las últimas horas la cifra de la inflación mensual que calcula el INDEC, con un número exorbitante del 3,7% que significa la cifra más alta en los últimos dos años. Pero en el desagregado son alarmantes las cifras de aumento de precio en alimentos y transportes públicos, algo central en la vida de los ciudadanos de las clases trabajadoras.
El gobierno de CAMBIEMOS asumió con dos promesas que cautivaron a un sector de la sociedad que jamás hubiese votado por un espacio político del corte neoliberal, como es el que conduce Mauricio Macri, “pobreza cero” y “bajar la inflación a un digito”. En dos años y medio de gestión está muy lejos de cumplirlos y por las políticas que aplica no parece tener las intenciones de modificarlos. La inflación acumula ya un 29,5% interanual, ya superó el 16% en los primeros seis meses del año; y la pobreza e indigencia está en el orden del 30%, o sea, que 1 de cada tres argentinos esta en una situación de riesgo.
En los últimos tres meses el gobierno argentino ha contraído deuda por 253.741 millones de dólares. Y ha elaborado pactos con el Fondo Monetario Internacional con cláusulas que condenan el futuro de los argentinos. Entre otras cuestiones, se pide ajuste fiscal, lo que equivale a recortes en subsidios y tocar los fondos del ANSES, que son los aportes para que los mayores cobren sus jubilaciones. Por tal motivo, la reforma de la ley jubilatoria de diciembre de 2017, tan resistida en las calles. Esa deuda contraída está claro quién la pagará, y se ve reflejada en los números, el pueblo.
El crecimiento de la inflación que en general es de 3,7%, según los datos publicados por INDEC; también se desprende que hay un fuerte aumento en alimentos, 5,2%; en transporte un 5,9%, y en servicios, como electricidad, agua, gas y otros combustibles, un 2,7%. Estos que parecen sólo números fríos detrás conlleva un fuerte impacto en los bolsillos del pueblo trabajador que, aquellos que pudieron mantener su empleo formal, no han tenido aumento salarial por encima del 15% establecido por el gobierno; y en muchos casos con cláusulas de revisión que llegan tarde a palear las necesidades económicas de la gente.
NADA DE POBREZA CERO
Una persona que duerme en la calle duele tanto como diez. Pero la realidad demuestra que todos los días al andar por la ciudad se encuentra una creciente cantidad de personas que están en situación de calle. Las ochavas de las esquinas, los pórticos de edificios, los bancos, las plazas están siendo utilizados por aquellas personas que han perdido su empleo en el último tiempo, no pudieron pagar el alquiler y ante estas imposibilidades y sin más recursos a los que acudir, quedaron en la calle.
En Argentina hay 25% de personas en condición de pobreza, es decir más de siete millones de personas en los 31 aglomerados urbanos más importantes del país son pobres.Y hay 4,8% de indigencia, o sea, más de un millón trescientas mil personas que viven bajo esa condición.
Los números son alarmantes, más aún en un contexto de constante pérdida de empleo de gran parte de la sociedad, tomemos los 357 despedidos de Télam como pequeña muestra, y el estimador de crecimiento de la actividad en números negativos; además, hay un gobierno que habla de que aplicó gradualismo y que ahora vendrá el ajuste en serio, el que, valga la redundancia, siempre pagan los que menos tienen, ya que los latifundistas y terratenientes, y los que trabajan con la especulación financiera, han ganado exorbitantes cifras en los últimos dos años.