“Se me salió un taco,
Se me corrió el rímel,
Se me atascó la voz,
Pero nunca el sueño.”
Susy Shock: “Soy” de Poema Transpirado (2011)
Por Victoria Silber
Fotos Victoria Silber, Lara Otero y Soledad Viladrich
La agenda de la resistencia de nuestro país hoy es feminista.
En un contexto de tarifazos, represión y quiebras preventivas para disimular despidos y avanzar en la pretendida reforma laboral del FMI, desde el movimiento de mujeres y disidencias nos le animamos al establishment y además de organizar el primer paro nacional del año para el 8M, este último martes volvimos a las calles. A solo un año del primer pañuelazo que puso en marcha a millones, protagonizamos más de 120 acciones en el país donde volvimos a reclamar por nuestro derecho a decidir sobre nuestro territorio más íntimo -el cuerpo- exigiendo el aborto, legal, seguro, gratuito.
En San Miguel (Prov. de Buenos Aires) leímos poemas, repartimos material para docentes sobre la ESI, hicimos una perfo sobre el aborto a lo largo de la Historia; nos abrazamos y volvimos a reafirmar que estamos juntas para no morir clandestinas.
En Avellaneda, trenazo mediante, intervenimos la estación. Nuestros pañuelos verdes son los mismos que los que tapaban la cara de Darío y Maxi: aborto legal, trabajo y dignidad.
En la ciudad de Buenos Aires, frente al Congresosaurio, miles agitamos nuestros pañuelos. No nos dimos por vencidas por la derrota parlamentaria de agosto de 2018 y desde la Plaza reafirmamos la necesidad de la implementación de la ESI, para que nuestrxs pibxs se autoconstruyan libres, sin las censuras ni mandatos del mercado; exigimos también la efectiva del “Protocolo para la atención integral de las personas con derecho a la interrupción legal del embarazo, porque el derecho principal de lxs niñxs es a jugar y no a maternar y reivindicamos lo que en las calles ya ganamos: nuestro derecho a ser.
No nos quedamos quietas.
Nos organizamos.
Al fondo y a la clandestinidad, nunca más.