SOMOS HISTORIA Y LUCHA: 22° ENCUENTRO REGIONAL DE MUJERES, LESBIANAS, TRAVESTIS Y TRANS EN JOSÉ C. PAZ

Por Laura Godoy

Fotos Naara Mangas Santin- Agustina Guffanti- Laura Godoy y Soledad Viladrich

Hay algo de la gran visibilidad que adquirió el feminismo en los últimos tiempos que suele captar la atención y tiene que ver con las particularidades geográficas. Es que los territorios son una de las fuertes columnas sobre las que se construyen las identidades y entendemos las variables formas de experimentar las luchas feministas porque las escuchamos latir con el pulso del lugar donde se gestan y desarrollan.

Cuando la marea se agiganta, toma cuerpa y se deja caer por tierras conurbanas se vuelve testigo de un cauce abierto hace décadas. Años en los cuales muchas compañeras, las “históricas”, remaron y apartaron obstáculos, para que la corriente fluya cada vez más intensamente. Uno de esos aportes es el Encuentro Regional de Mujeres, Lesbianas, Travestis y Trans, que nació en 1991 como “Encuentro de Mujeres del Oeste”. Desde entonces, con diversas fluctuaciones, estos encuentros recorren cada año un distrito diferente del Oeste y Noroeste del Conurbano.

En 2019 le tocó a JCP, por segunda vez en la historia de los regionales, recibir la posta. Y lo hizo con el sostenimiento de una comisión organizadora conformada por organizaciones y compañeras independientes que durante meses se reunieron a imaginar una jornada en donde más de tres mil mujeres, lesbianas, travestis y trans nos podamos mirar y sentir que seguimos haciendo historia porque lo estamos transformando todo.

Un Regional en la Universidad pública

La Universidad Nacional de José C. Paz es una de las más jóvenes del conjunto de universidades conurbanas nacidas en las últimas décadas. A la vueltita de la estación del ferrocarril e históricamente identificado con el gobierno municipal, su edificio de tres pisos se convirtió, el pasado 28 de Septiembre, en la sede principal del Regional 2019. Tanto allí como en la Escuela Secundaria N°8 y en el Centro Municipal de Estudios se desarrollaron las dieciseis charlas (durante la mañana) y los cuarenta y ocho talleres (por la tarde) que le dan sentido a los encuentros. En ellos se proponen, exponen y debaten temáticas relevantes para las mujeres, lesbianas, travestis y trans y se prioriza la participación horizontal, la contención, el cuidado y el respeto. La necesidad de escuchar a quienes atraviesan estas problemáticas hizo que, por ejemplo, se gestionen autorizaciones para que quince mujeres en condición de arresto domiciliario se sumen a estas actividades, aporten e intercambien. Su mirada, que el sistema intenta marginar, fue valorada en el Encuentro.

Pero el Regional se vivió dentro y fuera de la Universidad. La calle también fue escenario para las expresiones del feminismo conurbano. Una feria de la economía feminista y popular con más de trescientos puestos que ofrecían comida, libros, maquillaje, semillas. Arte en la calle con varieté, muestras fotográficas y artísticas, cachengue al ritmo de tamboras y murgueras. Radio abierta, resultado de las construcciones de la comunicación popular y comunitaria en la región y plataforma desde donde se escuchó la declaración del 22° Encuentro Regional (leida con la energía de las radialistas e interpretada en Lengua de Señas Argentina), las voces de las compañeras activas en el territorio, guitarras y música en manos de feminidades.

Con el impulso de los sucesos a nivel nacional y local, el fútbol también se hizo presente en la jornada a través de un torneo disidente en el que participaron cinco equipos de compañeres que están despatriarcalizando la carga machista y sexista de este deporte, eligiendo sus propias reglas, decidiendo no imponerse ni superar a le otre. El torneo finalizó en empate porque los dos equipos que llegaron a la final no quisieron ir a penales, fue más saludable para elles compartir la victoria.

Salimos a la calle y nos organizamos

Además de pensar concienzudamente, sistematizar, diseñar y prever complicaciones, el trabajo previo al Encuentro Regional incluyó la creación de una cumbia que sonó todo el día en los parlantes de la radio abierta. La frase que encabeza este apartado es parte de la canción y es reflejo de lo que sucede cuando a lo largo de siete cuadras una multitud de mujeres, lesbianas, travestis y trans ejerce su derecho a transitar manifestando sus demandas. Es uno de los impactos más poderosos que los encuentros regionales ocasionan en cada territorio. En la movilización de cuerpas agitadas y conmocionadas nos hacemos visibles como diciendo esta enorme cantidad somos, estas son nuestras pieles, así elegimos vestirnos o desvestirnos.

El marchar junto a otres empodera. La mujer llevando a su wawa en el aguayo camina junto a la artista en patines y cruzan las vías. ¿Cuántas otras veces habrán pasado por allí sin reconocerse mutuamente, sin saberse compañeras? En el Encuentro Regional marchamos con nuestras historias, con nuestras luchas, las tortas chapamos frente a la yuta y las travas con megáfona agarran de las bolas al gobierno. Las infancias y adolescencias trans agitan canciones nuevas, las murgueras tiran pasos, redoblan y transpiran el deseo de fiestas callejeras, de mundos libres de violencia.

Por más de cuarenta cuadras se confirmó una organización autogestiva viable, un trabajo necesario, orgulloso y a puro goce.

Las demandas

La importancia de los Encuentros Regionales conduce también a identificar un camino en el cual canalizar las resistencias y diseñar propuestas de acción. Existe un aporte a la militancia territorial que significa dar claridad a las exigencias. En la declaración del 22° Encuentro Regional, elaborada en base a reuniones que durante meses se realizaron en distintos barrios, se exigió: absolución de Paola y Milagros, implementación de la ley de Educación Sexual Integral, cupo laboral travesti trans, efectivo cumplimiento del protocolo de Interrupción Legal del Embarazo, implementación de políticas de abordaje a las violencias, solidaridad con la lucha docente y aborto legal, entre otras cosas.

Esas son hoy las demandas. En estos pagos, casi siempre designados como sucursal ejemplar de las mafias político partidarias, el clientelismo y la corrupción. Por estos lares a menudo objeto de una presunción automática sobre la violencia, el abandono y el olvido. Acá, donde se cocina feminismo como guiso en una olla popular de la que nos alimentamos y quedamos llenites de tantos abrazos y acalorados intercambios. Pero queremos más. Hay hambre en José C. Paz, se escucha también en la declaración. Hay hambre planificada por los poderes políticos y depositado en la panza de les pibis. Hay hambre, también, de revolución, de fuega que ilumine y forje nuestros sueños, que arda nuestra furia en muchos encuentros más.

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