Por Juan Meza
Fotos Juliana Miceli
15 años se cumplieron de la masacre de Cromañón. 15 años que siguen doliendo sabiendo que las 194 víctimas se podrían haber evitado, si no fuera por culpa del abandono y la desidia del Estado. Hubo actos en Groove, y en la puerta de República Cromañón. En ambos actos estuvieron presentes el dolor y la firmeza de seguir luchando por la memoria de los pibes y las pibas que aquella noche perdieron la vida.
“Ni las bengalas, ni el rocanrol, a nuestros pibes los mató la corrupción” se escuchaba bien fuerte, allá, por el 2005 y años siguientes, luego que el boliche República de Cromañón se prendiera fuego y se lleve la vida de 194 personas, que con el correr del tiempo, lamentablemente, ese número fue en aumento debido a las secuelas de sobrevivientes, familiares y amigos.
A penas arrancaba el milenio, esos primeros años de este nuevo siglo, en Argentina, estaban marcados por la crisis del 2001. Los ´90 habían quedado atrás, pero estaban bien presentes. Años donde se vivía una profunda crisis socio económica. El pueblo ya no creía en los políticos y se refugiaba en sus pasiones, entre las que se encontraba la música, que estaba marcada por las utilidades de las grandes corporaciones de la industria lo que hacía dejar afuera del mercado a muchísimas bandas que se quedaban en el camino y dejar sin esas pasiones a sus seguidores. Eran años difíciles para las clases más relegadas y donde la clase media había perdido su poder adquisitivo, llegar a fin de mes era una utopía y los pibes y las pibas que salían a bailar o iban a algún recital, hacían una “vaquita” para poder pasar la juventud y divertirse a su manera. Aquella noche de diciembre de 2004 no fue la excepción. La banda de música Callejeros, que venía en franco ascenso, se presentó en República Cromañón, sitiado en Bartolomé Mitre 3060, Ciudad de Buenos Aires. Callejeros, ese diciembre celebraba un gran año luego de haber pegado fuerte en el ambiente con canciones cargadas de contenido social y luego de haber llenado el antiguo estadio de Obras Sanitarias. El 28 de diciembre de ese 2004 tocaron el cd completo de “Sed”. El 29 tocaron “Presión” y el 30 se disponían a tocar el CD que habían sacado ese año, “Rocanroles sin destino”, pero que no pudieron completar, debido a que una bengala pego en el techo, donde había una lona, la cual comenzó a prenderse fuego. Aquella noche las puertas de emergencias de salidas se encontraban cerradas, lo que provocó la tragedia donde 194 personas perdieron la vida. Omar Chaban regenteaba el lugar, fue uno de los responsables y quien, si no hubiese perdido la vida hace unos años, producto de un cáncer, hoy seguiría preso cumpliendo su condena. El dueño del lugar era y es Rafael Levy, quien cumplió 4 años y medio de prisión y a quien el año pasado le fue restituido el lugar y por el que hoy, los integrantes de Movimiento Cromañón pelean por recuperar el espacio y crear un espacio para la memoria. A lo largo de los años se condenaron a 21 personas, en cuatro juicios orales. Solo 18 cumplieron condena en prisión, entre los que se encontraban los miembros de la banda. Así como en la masacre de Avellaneda, que se llevó la vida de Darío Santillán y Maximiliano Kosteki, los responsables políticos, Felipe Solá y Eduardo Duhalde, no fueron siquiera enjuiciados, Aníbal Ibarra, quien era el jefe de gobierno por ese entonces, gozó de los mismo privilegios que tuvieron y tienen Solá y Duhalde.
Ayer las agrupaciones No Nos Cuenten Cromañón (NNCC), como Movimiento Cromañón hicieron sus respectivas actividades. NNCC iban a hacerlo en el Obelisco, como todos los años, pero debido a las condiciones climáticas trasladaron todo a Groove, en Palermo. Allí Lucas Titiiewsky, uno de los organizadores de la actividad, en dialogo con este medio nos contó que “la idea es que sonriamos todos en este día tan doloroso. Estamos haciendo un acto homenaje a todas las víctimas y sobrevivientes de Cromañón, y también estamos proyectando el video clip ´Sin quebrarse´”.
Por su parte, Movimiento Cromañón hizo un acto en la puerta del boliche, en el barrio del Once, con la clara idea y en la lucha por recuperar el predio y crear un espacio para la memoria para que los pibes y las pibas sean recodados y nos haya una sola víctima más producto del abandono del Estado.