CONFLICTO EN LA UOM: “ES SIEMPRE PARA ELLOS Y PARA NOSOTROS NADA”

Por Juan Alberto Pérez

La pandemia del Covid-19 dejó en evidencia las grandes falencias que tienen estructuralmente todos los estados nación. En la Argentina en particular muestra no sólo la endeblez del sistema de salud, sino también lo corroído de otras instituciones y áreas de la vida en sociedad. Así sucede con los derechos de los trabajadores. En las últimas semanas, y en conocimiento de los efectos adversos que produce la cuarentena obligatoria en la economía, se celebró un espantoso acuerdo entre CGT y UIA, con apoyo del gobierno nacional, en el que se pauta un régimen de reducciones salariales de hasta un 25% para las actividades suspendidas por la pandemia. Se trata un acuerdo marco en el que se basan las negociaciones por sector de la economía. Sin embargo, este no fue el único problema que se avizoró en estos más de 50 días. Caso testigo es lo que sucede con la Unión Obrera Metalúrgica (UOM) que acumula denuncias de desatención y recortes en la obra social que dejan desamparades a sus trabajadores.

Juan Andrés Pralong es un trabajador de un pequeño taller metalúrgico de la zona sur del Gran Buenos Aires. Él tiene una enfermedad crónica por la que debe llevar un tratamiento médico estricto. Asimismo, su hija tiene un padecimiento de auto inmune, en el cuál su sistema inmunológico ataca a las células sanas por error, es decir, su sistema de protección se convierte en atacante de su organismo. Por estos motivos, es que debería ser considerado población en riesgo, por lo que tendría que hacer una cuarentena muy estricta, dado que el contagio del virus generaría un desastre en su hogar. Sin embargo, y ante la consulta a su empleador de la posibilidad de no ir a trabajar, la respuesta fue tajante. “Si vos no venís a trabajar no vas a cobrar y no vas poder comprar los medicamentos, así que fijate que vas a hacer”. Ante esta amenaza decide recurrir a su gremio, la UOM, pero no pudo obtener respuestas dado que en el sindicato no hay nadie trabajando por la cuarentena obligatoria, ni siquiera telefónicamente. Por lo que tuvo que continuar con su labor empujado por las amenazas y con el constante riesgo de contagiarse el virus. “Cuanto más necesitamos a nuestros representantes es cuando menos los tenemos” reflexionó Juan.

No trabajar para los metalúrgicos se convirtió en todo un riesgo, ya que si vas a trabajar te expones al contagio del Covid, pero si no vas sufrís una reducción salarial pactada entre el gremio y las patronales. Y eso es porque el secretario general de UOM, Antonio Caló, acordó una reducción del 30% del salario bruto para aquelles trabajadores que no realicen su tarea durante la pandemia. “Los metalúrgicos estamos sin representación, no tenemos una a favor” manifestó Pralong.

Otro problema que sufren los metalúrgicos es la obra social. OSUOMRA cortó la cadena de pagos en las farmacias por lo que les afiliades no pueden acceder a los medicamentos. Este conflicto detonó internas en el gremio dado que la seccional de La Matanza denunció que les enfermes oncológicos no pueden acceder a la provisión de medicamentos por la falta de pago de la obra social que es manejada por UOM Nacional (el director es el mismo Antonio Caló) y por la gerenciadora privada BASA SA (Buenos Aires Servicios de Salud).

Además, en Córdoba también se manifestaron en rechazo del accionar de Caló al frente de la Obra Social. En abril de este año le reclamaron la falta de giro de los fondos de la obra social, lo que provocó un corte en la cadena de pagos desde febrero hasta la actualidad. Esto provocó la suspensión de servicios y la falta de suministros de medicamentos oncológicos.

Juan Andrés Pralong necesita una medicación crónica, a su vez su pequeña hija también necesita una medicación para su afección en el hígado. La falta de pago a las farmacias ha provocado que no pueda conseguir los remedios. Por eso su malestar es creciente y atendible, dado que comenta qué “Nos siguen haciendo todos los descuentos”.

Asimismo, con la excusa de la pandemia, OSUOMRA decidió realizar una disminución en los descuentos de los medicamentos. Aludiendo que las finanzas de la obra social no cierran decidieron reducir del 70% de cobertura al 40%. Se trata de un 30% que tiene que salir de los bolsillos de les trabajadores y que significan costosas erogaciones para las personas que tienen tratamientos crónicos. Esta situación sumada a la reducción salarial es un combo explosivo para las economías familiares ya diezmadas por los vaivenes de la economía argentina.

Además, respecto a les trabajadores de la obra social, el propio Antonio Caló expresó qué “Si las empresas no trabajan no hay aportes, si no hay aportes no tengo con qué pagar los sueldos”. Una actitud canallesca que pone en jaque la situación de sus trabajadores que se ven “apretar” para volver a los puestos de trabajo aún en condiciones de contagiarse de un virus que crece epidémicamente día a día. Mientras que los trabajadores lo único que pueden hacer es quejarse en voz alta ante oídos sordos de las patronales, los gremios y los distintos estamentos gubernamentales. “Es siempre para ellos y para nosotros nada” cierra Juan Pralong.

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