EL MILAGRO DE LA LIBERTAD

Por Verónica González

Foto de portada Hernan Vitenberg

No matarás la sangre

de tu sangre,

la mano que cobija

el cielo que te habita.

Respetarás la tierra,

las raíces y los cantos.

La leyenda

la mujer

y los niños.

 

No habrá distinción

ni privilegios,

por color de piel

ni lugar de residencia.

El mismo pan para todos,

los mismos derechos.

 

Aquél canalla

que proclame el odio

y te vista de colonia.

Ése,

que adora al dios

más sangriento,

profeta del olvido

indiferente al amor,

será silenciado

por los pueblos que resisten

en un grito de libertad.

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