Por Ivan Fierro
Foto Lidia Baran
Se cierra el cerco estatal alrededor las familias que luchan por “Tierra para vivir” en Guernica. El ejecutivo provincial, a cargo de Axel Kicillof, comenzó la ofensiva final contra la emblemática Toma de Presidente Perón que emergió espontáneamente como prueba irrefutable de las funestas consecuencias que acarrea un reparto injusto del suelo.
Si bien los hostigamientos hacia les asentades en los barrios “La lucha”, “20 de julio”, “San Martín” y “La Unión”, tuvieron inicio desde los primeros momentos de dada la ocupación que desnudó la desesperante situación de millones de personas que en el país padecen falta de vivienda, en las últimas horas la mafia inmobiliaria ha intensificado los aprietes velados, las provocaciones, las amenazas, las calumnias y difamaciones mediáticas, llegando al sumun de la crueldad amparada en la impunidad que brinda la “manija del Estado”, cuando en la madrugada del domingo 27/10 dos individuos vestidos de civil y dos uniformados descendieron de un auto particular y balearon alevosamente a un joven militante social solidario con les sin techo.
Efectivamente, aprovechando el agotamiento de las familias provocado por las incomodidades que les generó el tener que soportar, en la más absoluta precariedad, un impiadoso temporal que complicó aún más la delicada situación, les cipayes de la angurria desplegaron durante el finde semana una serie de acciones destinadas a desmoralizar a les que luchan con el objetivo de que abandonen “pacíficamente” los lugares que habitan, intentando ahorrarse el costo político que les acarreará el desalojo violento.
La estrategia para tan infame ataque, hasta el momento, consta de tres elementos bien diferenciados y ejecutados por sendos instrumentos a sueldo del Estado. En primer lugar las fuerzas de choque compuestas por efectives de la Bonaerense y mercenaries (probablemente al servicio del sindicalista Acuña, marido de Blanca Cantero) quienes intentaron asesinar a Leandro Matías Sánchez, de 21 años , militante social, quien se desplazaba con algunos compañeros por las cercanías del destacamento policial de Guernica y hoy se encuentra en grave estado, intentando con este hecho dejar claro el mensaje de que no les temblará el pulso a la hora de disparar contra gente indefensa.
En segundo lugar, funcionaries “interministeriales” y paniaguades a sueldo de varios municipios, quienes provocaron incidentes con les vecines al incitar a estes a la violencia cuando les ofrecieron, como paliativo a las problemáticas, alimentos en descomposición, a la vez que telefónicamente intentaban desmovilizar la organización de les vecines mediante amenazas y promesas de migajas.
Por último, la imposición del relato oficial en los medios de comunicación, que culpa a las organizaciones sociales que acompañan a las familias, de no permitir que los organismos gubernamentales briden asistencia, desfigurando impunemente la realidad y preparando la opinión pública para responsabilizar del inminente trágico desenlace a quienes se hacen eco de los reclamos populares. En este sentido actuaron Estela Díaz (Ministerio de las mujeres) y le redactores de la página oficial del Gobierno de la Provincia.
De esta manera pretende la mafia inmobiliaria profundizar el modelo de “desarrollo” que, si no reditúa en justicia social, al menos les llena los bolsillos.
Con todo, les que lograron romper el cerco mediático que imponen las políticas imperantes, tienen sus ojos puestos en Guernica y tomarán nota de las lecciones que dejen los acontecimientos.
La sociedad toda concentra su atención en el accionar de los Poderes Ejecutivos de Nación, Provincia de Buenos Aires y Municipio de Presidente Perón y una parte de ella pide que cesen de inmediato las injusticias cometidas contra quienes luchan por “Tierra para Vivir”.
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