Por Maria del Monte
“…La vida es para
quién se conforma.
La poesía para quién
sueña y desea…
Y no tiene miedo de
contarlo.”
Elvira Sastre.
Mujer dispuesta a todo.
Hermana, poeta.
Buscaste el fin de tus
dolores terrenales
en la profundidad del
océano divino.
En esa inmensidad que
tantas veces llamabas en
tu poesía.
Una ola descubrió tu enfermedad .
El mar fue tu medicina y alivió
esa pena.
Alfonsina mujer libre.
Luchadora.
Aguerrida.
No permitiste que nadie padeciera
tu dolor.
No quisiste que Alejandro,
el ser que abrigaste en
tu vientre,
viera a la loba madre
herida .
Último pensamiento.
Última poesía.
Última tristeza en la tierra.
Y después la infinidad.
¿No oyes romper los brotes?
La mutación de la
loba
ahora
sirena.
Las olas te bañaron.
Te acunaron.
Y en ese mecer melodioso
te sacaron la soledad.
El abrazo del mar te
llevó a tu casa,
a tu casa de cristal.
Te rodearon de flores,
de alhajas,
de algas
de mar.
Te nombraron
deidad de las aguas
y de la naturaleza.
Alfonsina mujer
libre.
Poetisa eterna.
Sólo vos podías
ponerle poesía a la
muerte.
Hay rima.
Verso.
Trova,
en ese dulce
y tormentoso
Final.
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