IMAGINARIO COLECTIVO DE OTRA AMÉRICA LATINA (PARTE I)

Por Federico Firpo

Primero de tres ensayos, para soñar los horizontes, de aquella que bien pudo ser otra Latinoamérica. En este caso, sobre la base de cambios epistalores, comenzamos imaginando lo que hubiera sido de una contemporaneidad que uniera a dos de los pilares de las luchas de nuestros pueblos. De Simón Rodríguez a José Carlos Mariátegui:

Estimado José Carlos Mariátegui:

Le escribo porque encuentro en su persona a quien puede comprender los motivos de mi lucha. Sabrá usted  que el estado actual de la escuela no es para nada de mi devoción, por el contrario no veo en ella espíritu alguno de independencia, a pesar de que así nos sea promocionada.

Las escuelas del Rey no hacen más que acentuar las desigualdades que, colonialismo mediante, nos han sido impuestas. Sé por otro lado, que en mi afán de cambiar  estas escuelas seguramente he de ser censurado y asesinado tal vez. Sin embargo, estoy convencido de que al poner en sus manos mis ideas respecto del renacer de la patria, a través del papel de la educación, estaré permitiendo que de la semilla de nuestros pueblos germine la construcción de nuestra real independencia.

Creo  yo, que solamente mediante un nuevo régimen podrán formarse las escuelas de la patria, un régimen que sustituya al actual a partir de la formación de nuevos maestros. Considero que la autonomía americana será posible solamente a partir de la educación popular. La única colonización posible que el pueblo deba tolerar tendrá que ser la que nazca de sus propios habitantes.

Por lo tanto, es imprescindible la independencia americana respecto de la sociedad europea. Los vicios y las miserias que el viejo mundo ha instalado en nuestras vidas no pueden pasar desapercibidas por nosotros y mucho menos debemos permitir su avance. Los derechos de los pobres son nuestros derechos, los de nuestro pueblo y por eso encuentro en la escritura un arma legítima para la emancipación americana. Es nuestro deber generar la instrucción hacia la parte del pueblo que no sabe, esa parte que ha sido excluida y dejada en la pobreza. Está en la educación la llave para la liberta de nuestros pueblos hermanados contra el mismo enemigo.

De la escuela a la patria…De la educación pública y popular hacia la libertad. Nada estos principios tienen que ver con la educación pública europea de la cual nuestros pueblos han sido víctimas. El sometimiento y la obediencia nos han hecho creer a la fecha que América debe imitar a Europa y yo me pregunto… ¿Por qué?…  Repudio desde lo más profundo de mi corazón estas intervenciones obstaculizadoras de toda libertad…América no debe imitar y mucho menos servilmente a Europa…América debe ser original.

La historia de los pueblos inevitablemente debe ser crítica para poder ser transformadora. Pensar será construir…Pensar será formar. Los sujetos críticos creadores de la patria serán en definitiva quienes propaguen las pedagogías del porvenir latinoamericano.

La nueva patria, la nueva nación será producto de una nueva lectura, de una nueva educación y como en los niños pobres está la patria será la educación popular la que nos traiga las nuevas repúblicas educadoras. De este modo educaremos y formaremos pueblos. He aquí mi propuesta inclusiva de educación ya que la idea de nación y patria debe de ser concebida solamente a través de la inclusión, la de nuestros pueblos. Las ideas propias nos denotaran una patria y una lengua propias. La libertad de pensar y reflejarse es derecho de todos y en tanto la educación no pertenezca a todos  no habrá libertad alguna. La originalidad como consecuencia del conocimiento nos permitirá, por tanto, contrarrestar la ignorancia que a la fecha no ha sido más que funcional a la imposición de amos que nada sepan acerca de nuestras realidades.

Desde ya, espero con ansias que este aporte sirva a su persona como inspiración a la hora de desatar la lucha por una nueva América.

Sin más, Simón Rodríguez.

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