“EMPUÑÉ UN ARMA PORQUE BUSCO LA PALABRA JUSTA”

Por Redacción ANCAP

Francisco “Paco” Urondo, nació en Santa Fe en 1930. Poeta, periodista, y militante político que dio su vida por las ideas que creía más justas. Fue parte de la organización Montoneros; Director del Departamento de Letras de la Universidad de Buenos Aires, colaborador del diario La Opinión, El Mundo, Crisis, Noticias y Eco Contemporáneo. Entre algunos de sus libros podemos encontrar Historia antigua, Breves, Del otro lado, Todo eso, Al tacto, Los pasos previos, y La patria fusilada (sobre la masacre de Trelew). Escribió también en los semanarios Primera Plana y Confirmado.

Urondo, fue un militante político de gran relevancia en Montoneros. Tuvo sus inicios de militancia armada, en las Fuerzas Armadas Revolucionarias (FAR), y en ese  contexto es que fue detenido durante la dictadura de Agustín Lanusse. En mayo del ’76, siendo parte de Montoneros, llega a la provincia de Mendoza para tomar la dirección de la regional Cuyo.

El escritor y poeta fue asesinado el 17 de Junio de 1976, en ese momento, viajaba en un auto Renault 6 junto a su compañera Alicia Raboy, la hija de ambos, Ángela Urondo, de ocho meses, y René “la Turca” Ahualli, compañera de militancia de ambos. Urondo decide advertirle a su compañera que había ingerido la pastilla de cianuro, un método utilizado por los guerrilleros y guerrilleras para no ser torturados y salvajemente golpeados para delatar otres compañeres, finalmente con el paso del tiempo se supo que no tomó esta pastilla, lo hizo para que su hija junto a su compañera pudieran huir de los militares. Urondo, murió asesinado de un duro golpe de la cabeza a través de culatazo lanzado por parte del policía Celustiano Lucero.

Alicia Raboy, estuvo detenida en el Centro Clandestino Departamento 2 (D2) de Inteligencia de la policía mendocina y hasta el día de hoy permanece desaparecida. Ángela Urondo, fue entregada en Casa Cuna y fue adoptada por la prima de Raboy. Conoció su verdadera identidad a los 20 años de edad.

La palabra justa de este poeta y revolucionario, nos invitan a pensar la importancia y el lugar de resistencia que ocupó en la dictadura la cultura y sus diversas formas de expresión. La lucha armada, fue el camino que eligió este hombre, cuando las condiciones son las que lo ameritan es necesario empuñar un arma para poder tener la palabra justa. Así, de este modo, hubo 30 mil compañeros y compañeras que buscaron una sociedad más justa. Hoy, en 2021, hay una derecha política que cierra filas y rápidamente niega el genocidio y llama a una reconciliación. El pueblo tiene claro que no hay olvido ni perdón.

“Del otro lado de la reja está la realidad, de/ este lado de la reja también está/ la realidad; la única irreal es la reja”. (Paco Urondo)

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