INSOPORTABLEMENTE RENGO

Por Federico Firpo 

 

El año 2001 resultó ser uno de los más particulares para los que, como yo, nacieron en Argentina, durante los ’80. Tenía 16 años cumplidos por aquellos primeros momentos de un siglo nuevo. Que los cajeros iban a colapsar por pasar de 1999 a 2000, que llegaría el fin del mundo y tantos otros etcéteras.

Pero sin lugar a dudas, en el año que terminó con la peor crisis de la historia del país, juntando a 5 Presidentes en una semana y con el campeonato ganado, un 27 de Diciembre, por mi querida Academia, después de 35 años de sufrida espera, no puedo olvidar tampoco que un 19 de mayo terminé en el Club Atlético Huracán, en lo que fuera la histórica fecha renguera que dio ritmo a la fría luna de una épica soñada, puesta en la eternidad bajo el nombre: Insoportablemente Vivo.

Podía ir sólo un recital por mes, producto de una borrachera concluida en la estación de bomberos, lugar en el cual mi madre me había imaginado muerto. En aquel mes número cinco del año ya tenía pactado un show de Divididos y cuando mi amigo Marcos cayó con una entrada le dije que no lo iba a poder acompañar porque ese mes ya había quedado con los de Mollo. El lo sabía y con una sonrisa de picara complicidad adolescente me dijo que Divididos había postergado su fecha para el mes de junio.

En resumidas cuentas, pude ir a los dos shows, pero ese de La Renga fue una de mis más preciadas salvajadas rocanroleras. Sin monedas para el bondi, de Valentín Alsina a Parque Patricios, caminamos una de las más hermosas noches y, encima de todo, hecha hoy CD en vivo. Fue llegar temprano y entrar a la cancha para ver a Mollo (director artístico de la banda) probando sonido y hablándonos como un amigo de toda la vida desde arriba del escenario (él, nosotros obviamente obnubilados desde abajo). Fueron tres horas que aun vuelven de tanto en tanto a la retina de mis ojos. Las casualidades, la caminata, la llegada y para coronar, la vuelta, de Patricios hasta Alsina, «esquivando charcos» que me traía a la medianoche para saludar, en la esquina de mi barrio, a mi vieja en sus 39 recién llegados.

Tete en marcha por Justicia por Santiago Maldonado a un año de su desaparición
Plaza de Mayo 01/08/2018 Foto Osiris Martí

En un año de los mas difíciles de la historia y con el luto de saber perdidos a Los Redonditos de Ricota, podemos decir hoy, al cabo de 20 años, que una de las pocas alegrías nos la supo dar el equipo del Tete, Chizzo, Tanque, Chiflo y Manu. Rugió el león y la Bestia Rock sonó para nuestros corazones sangrando. Lo vimos todo casi desde adelante. Hablamos de la libertad y nuestros corazones supieron que hay algo más que percibir en este mundo que todo lo muele y lo desgarra.

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