Por Federico Firpo
De bloqueos, embargos y aislamientos… ya sabemos todos de dónde y hacia adónde, nos encontramos con algunas atrocidades, soliendo indignarnos más que otras. Como la vida misma, nos comunicamos acorde lo triunfal de los mensajes que se nos brinde…
Censura comunicacional, Boicot empresarial y el Presidente “Juan Domingo” Biden cometiendo un error histórico desde lo discursivo y que ojalá no pase inadvertido. Desde el ’59 a la fecha, con el ojo puesto en la isla 200 km al sur de Miami (Cuba), la negativa eterna de Estados Unidos, no reconociendo haber puesto traba alguna al país de los Castro, de igual manera con Venezuela, de Chávez a la fecha y otra vez, la cantaleta que se repite, pero, paradójicamente, en este caso, contra los rusos y con la palabra, a viva voz, por parte de la máxima expresión democrática del capitalismo del norte, como si el micrófono le hubiera quedado abierto a quien mandaban a espiar, tirando por la borda toda una parafernalia de mentiras “norteamericanamente” gubernamentales. Desde JFK a la fecha, ningún Presidente estadounidense había soltado el buche al respecto de las diversas formas de bloqueo a quienes no se alinearan con sus políticas y economías imperiales. Sin embargo, en el medio del ataque de Rusia a Ucrania, en los últimos días, el nuevo mandamás yanki no tuvo mejor idea que advertir acerca de las restricciones a presentar contra los de Putin, entre ellas las tan conocidas medidas de aislamiento, embargo, boicot y censura. Las mismas que por ellos hubieran sido negadas por los siglos de los siglos…
Y en coherencia con lo fáctico de las mentiras, seguimos sin, por ejemplo, una sola imagen de asesinatos en otras situaciones bélicas, incluso actuales. La indignación selectiva nos hace saber que si bien la actualidad digital lleva a permitirnos entender que en otras tierras de este planeta se están cometiendo invasiones, las imágenes, por otro lado, muestran la crudeza de lo que solo en un territorio sucede. Tal como la mentira que dejó en evidencia con su verborragia Biden, las comunicaciones y los medios audiovisuales han sabido desdibujar el rostro de la violencia, al dejar en claro que si bien se han asesinado y torturado a seres humanos en Somalia, en Palestina, en Siria y paremos de contar, a manos de ejércitos estadounidenses, israelíes y británicos… en los últimos meses, ninguna fotografía, ningún video y por lógica ningún mensaje de solidaridad con aquellos pueblos, igualmente atacados, han sido proporcionados a quienes desde el sentido más común nos encontramos otra vez afuera.
En el caso de nuestra querida Argentina y con un ex Presidente, que a los vientos de cada 24 de Marzo pareciera mirar para otros horizontes, tenemos en sus filas a políticos del neo virtualismo, a partir de lo cual todo número que sus encuestadoras marquen vale, sin importar a costas de qué. Algunos de los maquiavélicos del “frente amarillo”, han sido vistos por las calles del microcentro paseando con banderas ucranianas, en pos de marchar contra el accionar del ejército ruso, mostrando qué, para sus bots porcentuadores, la causa ucraniana “garpa” (de cara a las elecciones del 2023, imaginaría uno), a pesar de que nunca se los escuchó en su propia patria hablar sobre lo aberrante de los vicios del tristemente célebre Plan Cóndor, más allá de benevolizar en medio de lo que para ellos significara sencillamente una simple “guerra sucia” entre dos bandos. Nada de la Memoria y la Historia han querido nunca, ni mucho menos querrán tocar, quienes, por mera conveniencia, suponen sentirse hoy (raramente) indignados en torno a causas foráneas.
De igual forma, a nivel de lo exteriorizable, para la querida Francia, paladín y señuelo de las Democracias, bien caben sus mecanismos de tortura y de invasión, a lo largo del continente africano, siendo esas mismas técnicas las que fueran posteriormente enseñadas, a modo de tutorial, por Fuerzas norteamericanas a militares latinos. Iniciativas próximas a ser eje de todas las sucesivas dictaduras setentistas, con sus respectivos Terrorismos de Estado… y ahí tenemos, de presente, a la Torre de Eiffel y a la Estatua de la Libertad (increíblemente diseñadas ambas por la misma persona, en plena Belle Epoque, por no decir en plena expansión imperialista, con todo lo que eso ha implicado para las tierras según ellos “conquistadas”) enarbolando en sus estructuras los colores de la bandera ucraniana, a modo de supuesta solidaridad… en resumidas cuentas, quienes demostraran ser exponentes máximos en lo que a alevosías de causas invasoras y mecanismos terroristas refiera (a fines de condecorar en tierras ajenas), resultan transmutar ahora en pacifistas respestuosos de toda soberanía.
Lo sorprendente, es que nos muestran como novedoso de las guerras: muertes, bombas y misiles, las mismas empresas fílmicas que desde su propia casa matriz fomentan los “misilazos por la Paz” reivindicando a sus fuerzas armadas, alrededor del mundo, a través de los grandes satélites cinematográficos. Lo sorprendente (valga la redundancia) es que recién en el 2022 nos demos cuenta que en las guerras hay tragedia, siendo que los mismos que fomentan estas imágenes son quienes igualmente hoy también ocultan aquellas otras que a kilómetros están sucediendo.
La magia de las guerras consiste en el desarrollo melodramático, de lo miserable, que de la discusión de las formas pueda derivarse. Es decir que deberíamos comenzar a advertir que cuando algo nos indigne, quizás muchas veces, el mensaje recibido no sea sino otra cosa que lo que se nos esté necesitando mostrar.