Por Eduarda Záitsev
... Y Roque y los demás están atentos
Con la absorta pupila de lo eterno
Dando voces de amor a cuatro vientos
Y apurando las ruinas del infierno…
Silvio Rodríguez.
¿Será que las Revoluciones se nutren con sangre de poeta? ¿Qué agnóstica Deidad liba en el cáliz de las ensangrentadas letras? ¿Exhalarán sus versos junto al último aliento los bardos combatientes? ¡Oh demencia creadora que cuál Cronos deboras a tus hijos, sigue aniquilando cuerpos, más recuerda tu impotencia ante la poesía que te desenmascara!
Roque Dalton escribió, entre otras miles de invaluables páginas, Un libro rojo para Lenin. Huelgan las palabras.
El 10 de mayo de 1975 muere ejecutado por sus camaradas de armas. Tabernas y otros lugares, desde entonces, portan luto carmesí en los umbrales.
El Salvador no pudo salvarlo, pero dejó que su memoria se colara en la Historia Heroica de Nuestramérica.
Aeda clandestino cuyos cantos despiertan la risa y la indignada ironía, bordea el Parnaso que hemos erigido para nuestra lírica y saluda a les Dioses, fuma un cigarro y bebe una cerveza corpulenta mientras piensa: ¡Qué bien se está aquí afuera!
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