Hoy jueves 20 de noviembre se cumplen 25 años de la Convención de los Derechos del Niño. Tratado internacional que tuvo como fin mejorar y proteger la vida de los chicos de todo el mundo.
Nota Manuel López mlopez.ancap@gmail.com
El 20 de noviembre de 1989 se proclamó en la Asamblea General de las Naciones Unidas la Convención sobre los Derechos del Niño. Hace 25 años que se asumió el compromiso de proteger jurídicamente a millones de menores en todo el mundo, reconociéndolos como sujetos de derecho y de voz.
A pesar de los avances que se pudieron haber alcanzado, hay muchos aspectos que deben ser tenidos en cuenta. Realidades que aquejan al planeta como la exclusión, el maltrato, la esclavitud sexual, la explotación laboral, la deserción escolar o el reclutamiento de niños para participar en guerras, son escenarios que todavía no se encuentran resueltos.
La mortalidad infantil es otro elemento no menor e imposible de ocultar. Enfermedades como la neumonía, diarrea, nacimientos prematuros, infecciones neonatales, malaria o falta de oxígeno al nacer, son los principales causantes de este mal. Tampoco debemos dejar de lado la desnutrición que, combinada con distintos padecimientos, potencian las muertes infantiles.
La única manera de prevenir enfermedades y proteger la salud de los chicos es a través de gobiernos responsables que promulguen programas y políticas a favor del bienestar infantil. Los chicos deben crecer dentro de un ámbito donde la salud, la educación, la alimentación y el resguardo estén asegurados. Ser contenidos por el núcleo familiar, jugar y crecer son principios fundamentales para que todos los niños puedan desarrollarse en un espacio de paz y armonía.

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