Mendoza fue esta vez el lugar elegido para una nueva misa india. La congregación de fanáticos siempre supera las expectativas. Se calculan que 150 mil personas sintieron ser el único héroe en ese lio. Por Federico Paterno
Las banderas y el agite de la gente es una constante de la familia ricotera. Donde suene Carlos Solari, desde varios días antes del show, las carpas y las banderas se hicieron notar en el lugar. Micros de larga distancia de todo el país colmaron la ciudad de San Martin, Mendoza. Fanáticos de Uruguay también dijeron presente. Un seguidor de los Redondos, hoy devenido en seguidor del Indio y Skay, siente en lo más profundo la previa a cada show. La famosa misa ricotera se percibe y se convierte en una escena de adrenalina donde quedarse callado es imposible.
Junín fue uno de los paradores donde centenares de micros desfilaron antes de llegar al lugar donde sonarían una vez más los Fundamentalistas del aire acondicionado. Un show del Indio puede generar y multiplicar varias veces las ventas en simples paradas como la de Junín Deja de ser la rutinaria parada cuando miles y miles de seguidores de Solari pasan por ahí en busca de algo para saciar el hambre y la sed.
Comenzó cinco minutos después de las 21.30 con “A los pájaros que cantan sobre la selva de internet” del último disco. Solari recordó a la hija fallecida del periodista Tití Fernández, quien estuvo presente junto a su esposa, la hija era seguidora fiel de la banda. Una noche inolvidable para el que esperaba los temas de los Redondos, ya que sonaron 11 de ellos entre los que podemos mencionar: Roxana Porcelana, Fuegos de Oktubre, Etiqueta Negra, Juguetes Perdidos, Todo un palo, Una piba con la remera de Greenpeace y Ji Ji Ji en el cierre.
El Indio con ganas de hablar con su público dijo “Son unos talibanes ¿Cómo van a gastar tanta plata para venir al recital y no guardaron para las fiestas”. Se pudieron ver antes del show en las pantallas gigantes imágenes de Luciano Arruga, asesinado por la Policía Bonaerense y de Walter Bulacio, presente su imagen en cada show.
El público y los fanáticos de siempre estuvieron de fiesta en una nueva noche de rock para los dientes. Las nuevas generaciones de jóvenes se hacen sentir a medida que pasan los show. Un viejo seguidor de los Redondos ya está en los 40 y tantos. Hoy la juventud de 20 a 25 también son parte firme de cada peregrinación made in Solari. Para los de la vieja época escuchar los acordes de “Nadie es perfecto” y”Ñam fri frufi fali fru” es de lo mejor de la noche. El sismo ricotero llego en el final de la mano del adrenalínico JiJiJi, con el pogo más grande del mundo
Hubo algunas quejas relacionadas al sonido por parte de algunos de los que fueron, a la falta de algunas torres de sonido y pantallas. Hubo quejas relacionadas con el sonido de parte de algunos que estuvieron presentes. Esto se debió a la falta de algunas torres y pantallas.
Ancap, en dialogo con Denise, una de las presentes en la misa india que viajó desde Temperley, confirmó que las puertas se abrieron y que ingresó muchísima gente. Esto aclara el problema que surgió con el sonido. Un show que estaba preparado para 60 o 70 mil personas tuvo muchos espectadores sin calcular por la organización. Aquellos que quedaron rezagados en la parte de atrás del autódromo Angel Pena poco escucharon. “No quedaba otra que abrir las puertas, ya se había armado quilombo con balas de goma y con los caballos antes de entrar. Si no abrían iba a ser peor, lo culpan porque abrió y si no abría y pasaba algo también lo iban a culpar”, confirmó la seguidora de Solari. Sumado a esta afirmación, Gimena, otra de las presentes en el show oriunda de Banfield dijo “el indio se siente en la piel, el Indio hace bien; que no se quejen del sonido, fue una fiesta”
Las posturas en algunos casos son encontradas, ya que también está la campana de los que se molestaron del mal sonido y de la bronca por liberar las puertas. Lo cierto es que una nueva misa india pasó y claro está que sus peregrinos ya están expectantes del nuevo encuentro y esperar que suene Solari una vez más.