Estoy en Uruguay. Un hermoso, pequeño y austero país hermano. “Sierras del mar”, se llama el municipio costero que visito. Montevideo mi próximo destino. Que caro es todo! Es cierto que nuestro peso argentino está devaluado y que en cualquier país salimos perdiendo, pero en ninguno lo hacemos como en Uruguay y ¿por qué?, porque este “pequeño guerrero”* país tiene un costo de vida alto. Converso con ellos y no sé cómo hacen para vivir. Para que tengan una mínima idea de los precios: un kilo de papas duele al bolsillo $17 argentinos, un kilo de naranjas $24! Medio kilo de yerba (la más económica) vale $81 uruguayos, serían unos $50 argentinos.
* Algunas cosas que creo hacen guerrero al Uruguay: tiene un Estado laico, será por eso que ha sido pionero en despenalizar el aborto. Su gente creó la primera guerrilla urbana de América Latina. Únicos en América Latina en legalizar el consumo y la producción de marihuana. Y generó el primer Presidente ex guerrillero de América del Sur.
Por Noemí L
Al igual que en Argentina, en estos últimos años, en Uruguay el poder adquisitivo del trabajador/ra ha mejorado; también, al igual que acá, crece la compra de autos 0km y las calles vestidas de jóvenes sobre motos. Sin embargo, la mayoría vive con lo justo, no disfruta de poder vacacionar fuera de su país y no tiene margen de ahorro, como sí sucede en la clase media argentina.

El salario mínimo uruguayo es cercano al argentino, U$S 410 dólares, frente al nuestro de U$S 440, pero en Uruguay es la mayoría de la población en “blanco” la que recibe ese monto. Salto con algo que me pareció cómico, un día que caminaba por el balneario, me acerco a conversar con una pareja de señoras, entre otras cosas, le pregunto a una de ellas ¿a quién voto? A la mujer se le hizo una laguna. No lo recordaba. Al minuto me dice “al hijo de Lacalle” (se refiere a Alberto Lacalle Pou, quien fuera candidato a Presidente por el Partido Nacional) su amiga, que conversaba también conmigo, tampoco recordaba a quién había votado! Sé que han pasado unos cuantos meses (hubo balotaje así que fueron dos fechas de votación: 26 de octubre y 30 de noviembre de 2014), pero ¿qué está pasando? Cierro una hipótesis primera, la chantada de esta democracia que nos hace sentir “participativos ciudadanos decisores de nuestros destinos” poniendo un sobre en una urna cada 4 o 5 años.

Una de las señoras había votado al “Pepe” Mujica en las elecciones presidenciales de 2010, que lo llevaron al triunfo como candidato del Movimiento de Participación Popular (MPP), dentro del Frente Amplio (FA). Tabaré Vázquez es quien gobierna ahora el Uruguay, candidato también del FA. La que votó al “Pepe”, me explica que no le gusta Tabaré por eso “le di el voto al otro, cuando su papá* fue Presidente no nos fue muy mal”, afirmó con la cabeza buscando con la mirada la complicidad afirmativa de su amiga. * Luis Alberto Lacalle gobernó entre 1990 y 1995.
Qué querremos decir cuando decimos “no nos fue muy mal”. Y me involucro en la frase de la uruguaya porque en Argentina también escucho esos términos como, por ejemplo, “nos iba bien”. ¿Es conformismo?, uso esa palabra porque no son frases que miran hacia adelante, si no que eligen desde el pasado. No se reniega del presente para decir, “este no es el camino”, si no que la “voluntad popular” instala la necesidad de volver a probar con el que ya estuvo. Inventamos o erramos, escribió en algún momento el luchador venezolano Simón Rodríguez, y sigue valiendo y creo lo hará siempre, en la historia de mejoría de los pueblos.
Hace sólo 5 años, el 52% de los uruguayos se animó a errar cuando eligió al “Pepe” Mujica. Todos los medios de comunicación vendidos al imperialismo conspiraban diciendo que era una equivocación ese camino, y el pueblo uruguayo lo tomó. Hizo la diferencia, un ex detenido de la dictadura, un guerrillero, llegaba a la Presidencia en América del Sur, el pequeño país, demostraba que puede ser enorme. Inventó. Luego seguiría ese camino el pueblo brasilero dando sus votos a Dilma, también guerrillera, detenida y torturada por la dictadura de su país (dentro del Plan Cóndor, plan sistemático de desaparición política, física y económica de la creación de un mundo no capitalista que se desarrollaba en toda nuestra América Latina).
Con lo dicho en los primeros párrafos, no quiero que se entienda que igualo mejoría salarial con justicia social, o que el “buen” salario para todos, resuelve el problema. Al contrario, aquellas dos madrazas uruguayas mejoraron su capacidad económica y no recordaban a quién le habían dado el voto en las últimas elecciones. No hay claridad política en nuestras sociedades, seguimos siendo rebaños que se guían por instintos y que, a veces, se animan a algo diferente (como el caso de votar a un viejito que empuñó las armas para luchar por un mundo socialista). Dicho sea de paso, el actual vice presidente de Uruguay es el hijo del fundador de la organización que vio nacer a Mujica, el Movimiento de Liberación Nacional Tupamaros (MLN-T).
Y Lucía Topolansky, esposa del “Pepe”, senadora por el MPP, mujer que nació en la aristocracia uruguaya y dejó todo por el MLN-T y su compañero, se postula a la intendencia de Montevideo, y quizás en unos años sea candidata a Presidenta del Uruguay, pero ¿cambian estos hechos, que podemos vivir con una sonrisa, la realidad de fondo?
Otros uruguayos con los que hablé votaron a Tabaré, pero deseaban una re candidatura de Mujica. No les convence Vázquez, pero prefieren la continuidad del FA. Es una posición más clara, sin embargo, la opinión no ahonda mucho más. Esquivan hacer un análisis más amplio. En Argentina el análisis del común tampoco es profundo, difieren del Uruguay en que emiten frases claras, digamos dichas con convencimiento, pero repetidas, muchas veces un calco de la opinión de los medios de comunicación.
Hoy en la calle no está en nuestras bocas y cabezas la realización de debates más profundos, más amplios como para dar un ejemplo, ¿qué significa la liberación nacional?, ¿qué es la democracia? ¿Cómo se genera la inflación, que es lo mismo que indagar, quién o quiénes la generan? Estamos en lo cotidiano.
Si la yerba en Uruguay vale $50argentinos ¿por qué el pueblo uruguayo se queja en la cocina y no sale a la calle a reclamar? Les cuento que vi que varios, luego de cebar, guardan el mate en la heladera, dicen que así la yerba mate recobra el sabor, y la estiran un poco más. También están los que la secan al sol. Doy el ejemplo de la yerba porque esa infusión en Uruguay, es aún más importante que en nuestro país. Ya ni yerba pueden comprar los pobres, y sabemos que acá ocurre parecido.

¿Por qué nos acostumbramos a agachar la cabeza?
Estando allá, escuché por radio que una encuesta evaluó que Dilma Rouseff tiene un 64% de imagen negativa. Que Amnistía Internacional emitió un estudio sobre Venezuela alertando sobre la violación de los derechos humanos en ese país. Sé que Amnistía nada dice de las terribles violaciones de derechos humanos que día a día desarrolla el Estado colombiano a su pueblo luchador y estudiantil. Pero los datos sobre el estudio de Venezuela son reales, y una cosa sale a luz, que las fuerzas militares y policiales de Venezuela se manejan como lo hacían en dictadura: torturan y matan a luchadores.
Igual ocurre en Honduras. Hace poquitos días, el 24 de marzo, esas fuerzas asesinaron a 4 estudiantes que marchaban por una reforma estudiantil; en Brasil esas fuerzas matan y reprimen salvajemente todos los días. En Argentina estas mismas fuerzas asesinan y torturan a los jóvenes pobres de nuestros barrios, reprimen y muchas veces acaban con la vida de luchadores a lo largo de todo el país. En Chile, Perú, Colombia, etc. lo mismo ocurre.

Esos brazos armados operan así, con total impunidad, porque el Estado se las da. Porque los gobiernos que se dicen progresistas nada hacen en contra de ese actuar, no lo hizo el “Pepe”, no creo que lo haga Vázquez, no lo hizo Dilma, no lo hace Nicolás Maduro, no lo hizo Cristina Fernández. Hay cosas que nos competen a los pueblos. Por eso pregunto ¿qué es la democracia? Quizás no salimos a la calle a reclamar que ni mate ya vamos a poder tomar porque tenemos miedo al bastón policial?¿Miedo a las pistolas “Taser” de Macri? ¿A qué le teme un uruguayo? Sé que rápidamente y sin ninguna señal de duda en su rostro, contesta: a la inseguridad. Acá recibimos la misma respuesta. Dejemos de pensar con la opinión de los medios de (in) comunicación.
Repreguntémonos todo.
El precio de un producto puede servir de disparador para que nos pensemos en totalidad, y para que aunemos realidades latinoamericanas observando que nos unen más allá de las fronteras nacionales.
¿A qué le teme un poderoso? A que el pueblo se “despabile”.