¿CONTINUIDAD O CAMBIO? PARTE 2

¿Continuidad o cambio?” Esa es la cuestión. Lo que se plantea de cara a este año electoral que se viene desarrollando a lo largo y a lo ancho de la Argentina. Todos los candidatos esbozan la base de sus propuestas de seducción del electorado en estos conceptos, sin ahondar mucho más en qué se basa la profundización del proyecto político vigente; o por lo contrario, en que consistiría el cambio que se propone. A pesar de esto, las elecciones se realizan y la ciudadanía parece volcarse por el lado de la “continuidad”. Por Juan Alberto Pérez.

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Pichetto y Weretelnick, los hombres de Río Negro

Las provincias están eligiendo sus respectivos gobernantes de cara a los próximos cuatro años. Tal es así, que el domingo pasado Río Negro y Santa Fe votaron las conducciones ejecutivas y los representantes legislativos. Los signos políticos son diversos pero los resultados parecen un “dejavú. Y usted se preguntará si este columnista se encuentra afectado por alguna sustancia. Para nada, los resultados dan la impresión de volver cuatro años atrás. Las fuerzas electorales “oficialistas” se alzaron por sobre los agoreros del “cambio” y todo parece continuar por el mismo camino hasta las presidenciales. ¿Que en qué me baso para lanzar esta suerte de pronóstico? En los resultados recientes. A lo ya conocido de Salta, Mendoza y Ciudad de Buenos Aires; donde los oficialismos terminaron victoriosos en los comicios; hay que sumar a Río Negro, en donde Alberto Weretilneck, actual gobernador de la provincia sureña, triunfó sobre el delfín kirchnerista Miguel Ángel Pichetto, con un 52% de los votos. Una clara afirmación popular alrededor de una gestión heredada del electo gobernador Soria, quien resultara asesinado por su esposa el 1° de enero de 2012.

Así los rionegrinos, dieron el visto bueno por la “continuidad” aunque el gobernador electo encabezaba por primera vez la lista. Weretilneck nació políticamente en el Frente Grande, luego se unió a la fórmula con el PJ local buscando destronar a los radicales, tras 28 años gobierno de esta fuerza. Sin embargo, por esta mezcla, estilo “crisol de razas”, que le gusta propinar al peronismo – quizás en este sentido para cultura peronista cobre mayor poder el proverbio “de noche todos los gatos son pardos”– es que esta unión electoralista solo podía durar un suspiro. Tan es así que el sucesor de Soria rompió con las fuerzas que lo llevaron a la vice gobernación y se alineó con los radicales locales en busca de “consensos”. En 2013, se había alejado del kirchnerismo, tuvo disputas políticas con el mismo Pichetto y recaló en las huestes del massismo. Sin embargo, ante la inconsistencia de defiición política del líder del Frente Renovador, que no se sabe si es peronnista, kirchneista arrepentido o muestra su rostro “derechoso conservador” , hizo que Weretilneck también se alejara de este espacio (continuando así el éxodo massista de los últimos tiempos). Por lo que armó su propio bloque con la única intención de mantener su poder local y a la espera de nuevas alianzas con quién ocupe en Octubre el sillón en la Rosada. De todas formas, todos estos cambios no modificaron la decisión del pueblo de su provincia que lo apoyó en pleno.

El difunto ex gobernador de Río Negro, merece un párrafo aparte. Este era un aliado estratégico del gobierno nacional, de hecho se habla que su postulación a la gobernación fue impulsada por quién fuera aspirante a ese cargo este año, Miguel Ángel Pichetto. Pero Soria traía una carrera densa antes de ser electo en Río Negro. Durante el año 2002 fue director de la Secretaría de Inteligencia del Estado (SIDE), que justamente en aquél año fue una de las más sospechadas de participar en actos de represión a las manifestaciones populares en una Argentina muy caldeada producto del saqueo que le propinaron las últimas 3 décadas del siglo XX por lo menos. Más aún, Soria debió ser uno de los acusados por la responsabilidad del asesinato de Darío Santillán y Maximiliano Kostecki en junio de aquel 2002. Murió impune, pero dejó herderos políticos que siguen actuando (su hija Maria Emilia Soria que es actual Diputada Nacional por el FPV).

PRO
Del Sel festejó antes de tiempo

La historia de la elección en Santa Fe conlleva cierta complejidad. Allí el PRO con Miguel Del Sel a la cabeza, llegaba con las infulas muy altas por los resultados arrojados en las Primarias Abiertas Simultáneas y Obligatorias (PASO). En esa oportunidad el oficialismo provincial, encarnado en el Socialismo y parte del radicalismo, había quedado a cinco mil votos del humorista devenido en político. Mucho más lejos quedaba el candidato del Frente Para la Victoria (FPV) con 200 mil menos que sus inmediatos contendientes. Este domingo todo cambió. En una maratónica remontada, tanto Miguel Lifschitz, del Frente Progresista Civico y Social, como Omar Perotti del Frente Justicialista Para la Victoria, supieron levantar el piné de sus campañas y alcanzaron en votos a un empate técnico al candidato del PRO. Pero más aún, cuando los macristas se adjudicaban la victoria (todavía hoy lo afirman) el partido oficialista los superó por dos mil votos, quedando así, en un recuento preliminar, como nuevo gobernador de Santa Fe. Sin embargo, la suspicacia y la duda fue el material de siembra en todos los puestos de campaña. Luego del fin de escrutinio, tanto desde el PRO como del FPV comenzaron a hablar de “elección dudosa”, basados en el recuento de sus fiscales. Pasadas 72 horas del fin de la votación, nadie se atreve a proclamarse como ganador, la justicia ha intervenido y se espera un recuento de las urnas que generan “dudas”. Así se desenvuelve un acto eleccionario en donde se cruzaron un candidato que no solo representa a nivel nacional a la derecha más reaccionaria como lo es el PRO, sino que también Del Sel es una opción segura para los terratenientes santafesinos que buscan un gobernador que les asegure prosperidad para sus negocios vinculados con las tierras y la exencion de impuestos. Por otro lado, el representante de una fuerza de gobierno que en más de dos mandatos al frente del ejecutivo provincial deja una sociedad sumida en la miseria y la violencia (los asentamientos precarios alrededor de Rosario y Santa Fe capital crecieron; y las escaladas delictivas con la banda de “Los Monos” como punta de lanza parecen no tener fin). Y por último, un candidato sin nombre, pero con el aparato estatal Nacional detrás, que no asegura un verdadero cambio de políticas en la provincia, debido a que los mismos déficit que tiene Santa Fe a lo largo y ancho del país los podemos encontrar, y el kirchnerismo poco han hecho por resolverlo. Hablamos de la falta de empleo sobre todo en los jóvenes de 18 a 25 años; la problemática habitacional, la violencia y el delito. Y ni hablar de los negociados con los productores sojeros que, a partir de la Ley de Semillas que impulsa la rosada, pueden desarrollarse en Santa Fe.

Termina en escándalo un acto democrático, tal como lo fue en las PASO cuando se denunció que 200 mil votos habían sido anulados de forma incierta. Lo que es cierto es que hay que esperar que la justicia actúe, de todas maneras, de confirmarse la primera impresión otra vez un “oficialismo” triunfa ante los discursos “cambistas”.

Scioli-Massa-Macri_CLAIMA20140429_0107_29Octubre está cada vez más cerca. Agosto y las PASO presidenciales más aún. Los discursos vacios de contenido y de forma también. Es momento de mantenerse frío discursivamente para los que se ven estadísticamente bien posicionados de cara a las elecciones, no sea cosa que muevan el avispero más de lo deseado y el tiro les salga por la culata. Si esto fuera matemática, o el resultado se diera producto de un método científico, hablaríamos de un Kirchnerismo por cuatro años más; encima si quedaban dudas de si Scioli representaba al partido de gobierno, la designación de Zanini como su futuro vice presidente no hace más que confirmar que Cristina cree que el hombre de la “ola naranja” es el indicado para continuar “el proyecto”; por eso le pone al lado (aunque Scioli hable de que la idea fue de él) a uno de los escuderos más fieles de estos 12 años- y antes también- que tuvo tanto Néstor como Cristina en su mesa chica.

Al parecer la ciudadanía no tiene mucha motivación a cambiar de partido político gobernante. Mucho más se afirmaría esto si miramos puertas afuera, en el resto de Sudamérica. Uruguay, Brasil, Bolivia y Chile han apostado a la reafirmación de sus gobiernos actuantes.

Por todo esto, la pulseada por ahora la va ganando la “continuidad”. Veremos si en las próximas semanas el “cambio” empieza a moverse para volcar la taba hacia el otro lado. Mientras tanto, muchos (entre los que está este columnista) seguimos esperando que alguien se digne en seducir al electorado explicando claramente en qué se diferencian unos de otros, cuando a la vista parece que tienen más en común de lo que ellos nos hacen creer.

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