Por Juan Alberto Perez
Se trata de César Arias, miembro de la comunidad guaraní Happo Pua, que se encontraba detenido por un conflicto de tierras que fueran usurpadas por el empresario francés Huberto Bourlon para la explotación maderera. Durante el tiempo de detención en la provincia de Salta recrudeció un conflicto que lleva meses.
Los primeros días de febrero encontraron a uno de los referentes de la comunidad guaraní Happo Pua, que se encuentra en Embarcación, pcia de Salta, detenido a instancia de una orden ejecutada por la policía local a pedido del empresario Huberto Bourlon de Reveré, miembro de la Sociedad Rural Argentina, por las tierras de la comunidad que son usurpadas por el empresario.
Se trata de un conflicto en donde la comunidad reclama por sus tierras, que han sido ocupadas por sus ancestros y trabajadas desde entonces. Sin embargo, se intenta es establecer un negocio maderero con la venia del poder político en favor del empresario extranjero y las fuerzas de represión de su lado. Bourlon ha colocado tranqueras y portones en los sembradíos de la Comunidad, sembradíos que se encarga de diezmar a machetazos y burlas a los Guaraníes, siempre amparado por la presencia policial. Así es que, en este contexto de lucha del pueblo guaraní de Happo Pua se detuvo durante estos doce días a César Arias.
Los miembros de la comunidad, en declaraciones al diario La Gaceta de Salta, denunciaban que “fue detenido injustamente por orden de Pablo Cabot y la fiscal Lorena Martínez, que están al servicio de Huberto Bourlon, que es un terrateniente conocido de la zona que se apropió de un extenso monte”. Y esto se debe a que Arias ha estado denunciando el negocio multimillonario maderero que involucra brutales desmontes, despojos de los territorios ancestrales indígenas, y cercenamientos de Derechos Humanos.
No obstante este hecho aberrante, el 7 de febrero mientras realizaban un corte pacífico de la ruta 34 para exigirla liberación de Arias, los miembros de la comunidad fueron brutalmente reprimidos por la policía provincial y hubo varios miembros de la comunidad que fueron detenidos y luego al final del día liberados.
La lucha continuó con la protesta de Margarita Mamaní, otra dirigente guaraní, que se encadenó en la plaza 9 de julio en la capital salteña, para exigir la inmediata liberación de Arias. A la vez, que se implementó una carpa de resistencia desde los albores de la protesta. Allí es donde se anunció la noticia de la liberación de Arias en las primeras horas del domingo 12 de febrero. Y a esa misma carpa es a donde se dirigió Arias para encontrarse con familiares y amigos que lo esperaban, no sólo para festejar esta batalla ganada, sino también para continuar con la lucha para recuperar definitivamente las tierras de la comunidad.
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