Por Juan Alberto Pérez
La selección Argentina logró un triunfo durísimo contra Nigeria y pasó milagrosamente a octavos de final de la Copa del Mundo. A pesar de la prensa sensacionalista los llamados históricos del seleccionado sacaron adelante el partido y de la mano de Messi y un sorpresivo héroe, Marcos Rojo, ahora vamos por Francia.
Después de la dura derrota contra Croacia, las chances de la selección Argentina en este mundial de Rusia estaban limitadas. Esperar un guiño de la suerte en el encuentro Islandia- Nigeria, y ganar el último partido para esperar el milagro. Y sí,hay que hablar de milagro porque si algo nos dejó claro el primer tramo del mundial es que Argentina jugó mal, y por eso llegó ajustado al tercer partido.
Sin embargo, como dijo alguna vez el entrenador de la NBA, Rudy Tomjanovich, después de que los Houston Rockets ganaran el anillo de 1995 con él como entrenador “Nunca hay que subestimar el corazón de un campeón”. Y así se plasmó esta actuación de un equipo plagado de jugadores ganadores en todos los ámbitos de la vida. Con sólo pensar en el relato que se conoció esta semana de Ángel Di María, uno explica por qué dice lo que dice. Porque creyeron que la dura derrota había matado al equipo, de hecho en un programa televisivo le prepararon el funeral en una de las páginas más vergonzosas de la historia del periodismo.
Pero los jugadores se unieron y salieron adelante. Saben que es la última oportunidad para muchos de ellos de lograr una estrella más para el fútbol argentino, ese que cada vez los merece menos.
“No merecíamos quedar afuera” dijo el capitán del seleccionado, pero sabemos que en fútbol los merecimientos no se premian, se premian los resultados. Pero lo lograron, jugaron con el corazón en la mano y el temple necesario para seguir adelante a pesar del gol recibido en un penal que en la Superliga Argentina sería vergonzoso cobrar.
Del juego podemos decir que en el primer tiempo Argentina jugó muy bien y justificó el resultado en un magistral pase de Banega y una soñada definición de Lío Messi para demostrar que vino al mundial a ser lo que el equipo necesita, la frutilla de un postre bien elaborado. En el segundo tiempo, el penal tempranero, y mal cobrado, puso en jaque todo lo bueno que se venía haciendo. Pero el corazón de los jugadores, de la gente en las tribunas, con el Diego incluído en la arenga, hizo que se empujara a los nigerianos contra su arco y encontrar el gol faltando 5 minutos y por intermedio de los héroes menos esperados. Es que estaban en cancha Messi, Higuaín, Agüero y Pavón, pero el centro lo tiro Gabriel Mercado y la volea en posición de 9 la impactó Marcos Rojo, para desatar la locura final. Triunfo y Argentina a octavos contra Francia.
El final fue de los jugadores abrazados en el campo de juego y el aliento en las tribunas. La imagen que grafica el trámite de esta primera fase del seleccionado es la de Mascherano con el rostro ensangrentado y con lágrimas en los ojos. Se sufrió pero se pasó. Y a pesar de que el día termina agridulce ya que el Estado decidió despedir 350 trabajadores de Télam y se cumple hoy 16 años de la masacre de Avellaneda, el triunfo de la selección nos da la alegría y ejemplo necesario que aunque se crea que la historia esta sentenciada siempre se puede luchar hasta el final, y eso nos debe inspirar en estos oscuros días de la Argentina.