Por Redacción ANCAP
Fotos Pi Chón
A horas del debate en el senado de la nación por la Ley de interrupción Voluntaria del Embarazo(IVE), grupos que se posicionan en contra de la aprobación se manifestaron en las calles de Buenos Aires. Desplegaron un desfile que rozó lo macabro, típico del bajo nivel argumental que ha argüido este movimiento. Detrás se observa la sombra de una institución más grande, que ha hecho lobby para que la ley no salga, la iglesia católica.
Son momentos decisivos para saber si la ley de IVE será definitivamente aprobada o rechazada en el Senado de la nación. Han pasado largos meses de debate con posiciones fuertemente encontradas. Desde el colectivo de mujeres que milita desde el amanecer de este reclamo por el derecho a la decisión sobre su propio cuerpo y sobre las vidas de miles de mujeres víctimas de abortos clandestinos han desarrollado una movilización y argumentaciones con una madurez y seriedad a la talla de lo que se está discutiendo. Desde el contrapunto el discurso ha caído en lugares bajísimos y su movilización así lo demostró.
Las muñecos de bebés con los pañuelos, la argumentación en defensa de la vida-como si quién milita a favor del aborto no lo estuviese- y el nivel agresivo en escala fueron los protagonistas del lado de quienes prefieren que la práctica del aborto continúe desde la ilegalidad.
Los legisladores han sido objeto de presiones de todo tipo para que rechacen la aprobación de la ley. Tan es así que en estos meses de debate se ha impulsado también una campaña para que Iglesia y Estado sean asuntos separados. No es menos la influencia que la institución católica ha ejercido. Es la iglesia quién ha torcido diferentes voluntades, sobre todo de los legisladores del interior, ya qué el poder territorial que tiene provoca coacciona en pos de que se rechace la posible aprobación.
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