Por Juan Alberto Pérez
El ex Ministro de Planificación Federal fue condenado a 5 años y 8 meses de prisión e inhabilitación especial perpetua por ser participe necesario del delito de administración fraudulenta en perjuicio de la administración pública. Fue absuelto por el delito de estrago doloso.
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En el segundo juicio por la tragedia de once, donde murieron 51 personas y hubo más de 700 heridos, se condenó al Ministro de Planificación Federal del gobierno Kirchnerista, Julio De Vido, por ser participe necesario para el entramado de corrupción en la administración y gestión de la línea Sarmiento, por la cual también cumplen condenas los ex secretarios de transporte Ricardo Jaime y Juan Pablos Schiavi, como así también el empresario concesionario de la línea ferroviaria, Roque Cirigliano, estos últimos en el primer juicio realizado en 2015.
En aquella primera instancia judicial a los empresarios y funcionarios se les adscribió el delito de no realizar las tareas de mantenimiento del ferrocarril. Asimismo, el motorman fue condenado por no realizar las maniobras necesarias para evitar la colisión del tren número 3772 chapa 16 que a las 8:33 del miércoles 22 de febrero de 2012 no frenó en la entrada a los andenes de la terminal de Once y que provocó la muerte de 51 personas.
En sus últimas palabras antes del fallo del Tribunal Oral Federal N°4 De Vido, vía video conferencia desde el penal de Marcos Paz donde se encuentra detenido, denunció que su condena se debe a la decisión política del Presidente Mauricio Macri y que es víctima de una persecución política.
Los familiares de las víctimas catalogaron de histórico este fallo que cumple con alcanzar a la cadena de responsabilidad en la evitable tragedia ferroviaria que conmocionó al país. “Nos mataron en vida, nos quitaron seres maravillosos… quienes quedamos vivos merecemos vivir en un país justo, vivir en una Argentina donde ‘el que las hace las paga'” dijo María Luján Rey, madre de Lucas Menghini Rey, una de las víctimas.
La incógnita que queda rondando, más allá del personaje nefasto en cuestión, es si de parte del poder judicial se acciona en esta causa con la agilidad que se realizó por verdadero instinto de justicia o revanchismo político. En causas similares con otros responsables, por caso Iron Mountain, la vara no fue la misma que con la tragedia de Once.
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