Por Juan Alberto Pérez
Venezuela se encuentra en una crisis institucional desde hace ya mucho tiempo. Probablemente desde la muerte de Hugo Chávez y el inicio del gobierno de Nicolás Maduro, la oposición conservadora de la república bolivariana, apoyada por los Estados Unidos, ha aprovechado la crisis económica producto de la baja del precio del petróleo, la creciente hiperinflación, el desabastecimiento y la huida de cientos de miles de personas del país para ensayar un golpe de estado que termine con el gobierno de la revolución bolivariana.
Este miércoles 23 de enero se escribió una nueva página en la historia venezolana. Juan Guaidó, diputado de la Asamblea Nacional, se auto proclamó presidente provisional de Venezuela con el apoyo del gobierno de Donald Trump ,como así también serie de gobiernos lacayos del poder de Estados Unidos, como es el caso de Argentina, Brasil, Colombia, Canadá, Paraguay y Chile entre otros.
Esto desató una crisis diplomática ya que Nicolás Maduro decidió expulsar al embajador de Estados Unidos en Venezuela, a quién le dio 72 horas para que se retire el país. Asimismo, el clima social en Venezuela está caldeado. Se realizaron dos manifestaciones las calles de Caracas con un importante número de personas a favor como en contra gobierno de Nicolás maduro. Por estos conflictos sociales en las calles hubo en las últimas horas 13 muertos y cerca de 210 detenidos.
Rápidamente de la comunidad internacional qué apoya gobierno de Nicolás Maduro, dónde se puede caracterizar al gobierno ruso, al gobierno de China, al gobierno mexicano, el gobierno de Cuba y al de Uruguay, declaró que esto se trata de un golpe de estado con injerencia internacional.
El factor preponderante en este intento de golpe de estado no es la cuestión política ni la cuestión social. El interés que hay detrás del intento desestabilizador del gobierno de Nicolás Maduro se trata pura y exclusivamente del factor económico y comercial del petróleo. Venezuela está en el tope de los territorios qué cuentan con una cuenca petrolera de las más importantes del mundo. Por eso es un botín preciado para el imperialismo estadounidense quién abarca el 25% del mercado petrolero mundial. Por eso urge la necesidad de Estados Unidos de tener en Venezuela un gobierno adicto a la voluntad de lo que dicta el norte para poder lograr un comercio favorable a sus intereses. Esto es lo que representa el espacio político que representa Juan Guaidó, y que anteriormente representó por ejemplo Ernesto Capriles, quien fue derrotado en las elecciones pasadas por el actual presidente democrático Nicolás Maduro.
Sin embargo, la situación actual no es ajena de las consecuencias de un gobierno errático y con visos déspotas. Nicolás Maduro ha implementado una política persecutoria de la oposición, ejerció censura en los medios de comunicación opositores y ha dado pocas respuestas al problema social venezolano respecto de la falta de alimentos, la falta de medicamentos y de elementos básicos para la vida.
No obstante, es el presidente elegido soberanamente por la ciudadanía venezolana. Por lo tanto, los hechos sucedidos se tratan de un golpe de estado, no se puede llamar de otra manera.
Cabe destacar que la fuerzas armadas un comunicado en el que gane su total apoyo a Nicolás Maduro y lo reconocen. “Somos un país donde su presidente es elegido sólo por el pueblo, quién es ese pueblo soberano en las decisiones del destino de nuestra patria. El pueblo de Venezuela en ejercicio libre y secreto eligió al ciudadano Nicolás Maduro como presidente” dijo el mayor general Manuel Bernal Martínez.
En otro orden de cosas, resulta también extraño el posicionamiento de gobierno argentino de Mauricio Macri de interferir las cuestiones soberana del pueblo de Venezuela, cuando reconoce como presidente al diputado Juan Guaidó. Es un posicionamiento inexistente en los gobiernos argentinos en la historia, ya que siempre ha tenido una posición de no injerencia en los conflictos soberanos de otros pueblos. Queda demostrado el nivel de apego de Macri para con el gobierno de Donald Trump.
La situación en Venezuela continúa siendo grave, hay manifestaciones tanto de apoyo como de rechazo no sólo en Venezuela sino en todas partes de América Latina. En la Argentina, por ejemplo, día de ayer se realizó una manifestación en apoyo a maduro en la embajada de Venezuela y una masiva movilización en contra de maduro la plaza aledaña al teatro Colón.
Por el momento el conflicto persiste, las calles de Caracas parecen un escenario de guerra civil. Las víctimas civiles crecen hora tras hora y una salida que garantice la paz social parece muy alejada.