Por Juan Meza
“La culpa es por las malas políticas llevadas a cabo en los últimos 80 años”. Frase que se tiró desde Casa Rosada para lavar culpas, y reproducida por centenares de medios y algunos sectores de la población. La frase intenta atribuir las malas decisiones políticas al peronismo, pero ¿es realmente así esto? ¿Antes de tirar la frase hubo un análisis por parte de los funcionarios a cerca de la historia Argentina? Pues aquí intentaremos despejar algunas dudas para instalar otras.
Si bien en términos cuantitativos, el partido justicialista, comúnmente llamado peronismo, es el que mas tiempo lleva gobernando el país, en termino cualitativos, podríamos decir, a modo de conformismo, que es uno de lo que más beneficios le dio al pueblo trabajador. En total, desde 1939, contando 80 años hacia atrás, hasta la fecha, el peronismo gobernó 36 años. Mientras que el radicalismo lo hizo 19 años. Estos 4 años de Macri mas 1 año mas de Ramón Castillo, quien ganó las elecciones de 1942 por el Partido Demócrata Nacional. A esto le tenemos que sumar 20 años presidentes de facto que asaltaron el poder “en nombre de la patria”. Cabe destacar que el Partido Justicialista estuvo proscripto durante 18 años, tiempo por el que ningún candidato pudo presentarse a elecciones. Luego del derrocamiento de Juan Domingo Perón el 16 de septiembre de 1955 en manos de la Revolución Libertadora, el primer candidato que pudo presentarse, y quien ganó las elecciones de 1973 por el FREJULI (Frente Justicialista de Liberación), fue Héctor José Cámpora quien asumió el 25 de mayo de 1973.
Como dijimos anteriormente, en términos cuantitativos el peronismo es quien mas tiempo tuvo el poder entre sus manos. Pero ante cada intento o acción de los gobiernos peronista o radicales en beneficio del pueblo, siempre hubo una respuesta de los sectores más elitista y más reaccionarios de la Nación. Cuando un gobierno, tanto peronista o radical, desoía, las voluntades de la burguesía, siempre nacía un movimiento “patriótico” por parte de las fuerzas armadas, para poner y restituir “el orden establecido”.
Si bien, los gobiernos democráticos, nunca han incursionado en un cambio profundo de fondos, como por ejemplo una reforma agraria, sí hicieron (algunos) cambios de formas, y esos cambios son los que al circulo rojo, quien mueve los hilos de la política desde la creación del Estado argentino, les tocó, de alguna forma u otra, el culo, por lo que golpe de Estados o golpes mediáticos (como viene sucediendo en últimos tiempos) son los necesarios para restituir y no poner en juego sus intereses.
Ahora bien, los gobiernos de facto, que en su totalidad ascendieron al poder mediante golpes de Estados, siempre nacieron porque hubo falencias en la democracia. Los gobiernos democráticos, los elegidos por la voluntad del poder del voto de toda una ciudadanía que se toma la molestia de hacer carne su voluntad, son lo que le deben una respuesta al pueblo. Son estos gobiernos los que, sean radicales o peronistas, los que siempre garantizaron que de alguna u otra manera las voluntades de la burguesía siempre se cumplan.
Uno de los repetidores de esta famosa frase, “por culpa de los últimos 80 años” es Marcos Peña Braun, reconocido heredero de negocios turbios en la Patagonia donde los latifundios que tiene su familia, como las distintas empresas entre frigoríficos y mineras, están manchadas con sangre de obreros y pueblos originarios. Marcos Peña es el actual Jefe de Gabinete de Mauricio Macri, otro empresario heredero de la fortuna de su padre, amasando la mayor parte de ella en la última dictadura cívica-eclesiástica-militar, donde la junta militar estatiza la deuda privada. Marcos Peña quizá no conozca su árbol genealógico o bien, el grado de cinismo va de acuerdo con el resto de toda el arca política que integra el partido de PRO, hoy unidos con la UCR, quienes quitaron las piedras del camino para que los herederos de los Peña Braun, como el heredero del empresario que hizo negociados con y a costa del Estado, Mauricio Macri, puedan llegar al poder y así desmadrar la vida cotidiana del pueblo argentino quien los votó.
Entonces, para intentar cerrar una idea, en esto que se llama la vida política de la Argentina, los gobiernos democráticos, los elegidos por las voluntades del pueblo, son lo que mas le brindaron al pueblo, respecto de los golpes de Estado. Pero para preservar la vida de la Nación, estos gobiernos ¿qué hicieron por la democracia? ¿Por qué ante cada avance, ante cada política pública implementada a favor del pueblo trabajador viene otro gobierno, de tinte “antipopular” o de facto y lo tira abajo en un abrir y cerrar de ojos? ¿no será que hace falta un plan de Estado, mas que un plan de gobierno, para que sea cual fuera la ideología que gobierne, no se mueva de una columna vertebral en la que las garantías institucionales no se vean afectadas? Estas, quizás, son preguntas que nos debamos realizar como sociedad para exigir, sea la figura política que sea, que la institucionalidad de la nación no corra riesgo y que el plato de comida en la mesa nunca falte.
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