HASTA QUE VALGA LA PENA VIVIR

Por Juan Meza

Fotos Naiquen Campero Gómez y Pichon 

Esa es la frase emblema que dice y que se ver por todos Chile. Un mes ha pasado del estallido social que tiene en vilo a una población que lucha por sus derechos y en jaque a un gobierno que sigue haciendo lo único que sabe hacer: reprimir. El viernes en el congreso chileno hubo acuerdo para llamar a plebiscito para abril del 2020 para el cambio o no de la carta magna. Es un avance de la resistencia de los chilenos, pero las urgencias siguen estando.

Santiagode Chile, tiene como plaza emblemática la llamada “Plaza Italia”. Desde octubre pasado, hace un mes, ese nombre ha quedado en el recuerdo. El pueblo que sale a la calle día a día gritando y pidiendo la renuncia del presidente Sebastian Piñera, se encargó de rebautizarla como “Plaza de La Dignidad”. Y eso es justamente lo que tienen les manifestantes desde hace 30 días ante un gobierno que no la conoce.

Sebastian Piñera desde el primer momento lo único que atinó a hacer fue a reprimir la protesta social que se iniciaba con el aumento en el valor del boleto del metro y al que les estudiantes comenzaron a combatir llevando a cabo la “evasión masiva”, que no era mas que no pagar el boleto en modo de protesta. Ante este hecho, carabineros, comenzó a golpear y detener a cuanto joven se le cruzara llevando a cabo esta medida de fuerza que no era más ni menos que un reclamo. Ese fue el detonante de una sociedad desigual para que explotara la bronca acumulada por mas de 30 años antes el abandono y la desidia de un Estado que siempre buscó privilegiar los intereses de unos pocos.

Las masivas movilizaciones y la cantidad de ciudadanos en las calles exigiendo al presidente su renuncia, hizo que Piñera decrete el Estado de Sitio y mande a los militares a romper con focos de protestas y como consecuencia desatar una feroz casa de personas sin discriminar entre hombre, mujeres, niñez o ancianos. Las violaciones a los derechos humanos se dieron de manera sistemática al llamo de toque de queda, donde hubo denuncias de tortura, desapariciones y violaciones

El instituto Nacional de Derechos Humanos de Chile (INDH) es querellante en 5 causas por homicidios, de 273 causas por torturas y tratos crueles y 66 por violencia sexual. Según el INDH, quien lleva a cabo una labor sin descansos desde que se desencadenaron las represiones por parte de carabineros y militares, hay 222 personas con heridas oculares, lo que desmantela un accionar criminal por parte de las fuerzas represivas que no disparan al cuerpo para detener a los manifestantes, sino que disparan a la cara para causar un mayor daño. Son más de 6300 personas las que fueron detenidas según la institución que encabeza Sergio Micco, y 24 muertos según cifras oficiales.

El viernes pasado, con la intención de calmar las aguas en las calles que son un mar de fuego, el congreso llegó a un acuerdo llamando a un plebiscito que llevará a cabo en abril del 2020. Allí en esa consulta popular se harán dos preguntas: si están a favor o no de una nueva constitución (la actual fue redactada en el gobierno de facto de Augusto Pinochet) y quien deberá ser el órgano que la redacte, si una Asamblea constituyente, una “convención constitucional” o una “comisión mixta constitucional”. Esto es un gran paso, teniendo en cuenta la historia reciente del país hermano de Chile, pero las calles siguen encendidas reclamando un giro de 180° en políticas de inclusión social, salud, pensiones, educación y trabajo. Este acuerdo, en primera instancia fue celebrado por Piñera quien dijo que “En las últimas cuatro semanas, Chile cambió; los chilenos cambiaron, el gobierno cambió; todos hemos cambiado. El pacto social bajo el cual habíamos vivido se resquebrajó”. Pero como todo gobierno conservador, da por un lado y te quita del otro, a principio de mes el mismo mandatario, anunció un paquete de medidas que van desde un proyecto antisaqueos, ley antiencapuchados, protección a la Fuerzas Armadas y policial, pasando por querellas contra manifestantes y proyectos antibarricadas ente otra tantas. Estas medidas son un claro ejemplo de como accionan los gobiernos que defienden una democracia antipática, que tiene como prioridad cuidar la propiedad privada por sobre la vida de los ciudadanos, criminalizando cualquier tipo de protesta que intente “romper con el orden establecido” desoyendo lo que el pueblo reclama. Sebastian Piñera anunció, también, que “no habrá impunidad ni con los que hicieron actos de inusitada violencia, ni con aquellos que cometieron atropellos y abusos” asumiendo así que hubo uso desmedido de la fuerza por parte de las fuerzas, que él mismo mandó a las calles, y por el que es responsable.

Un cachetazo más para este gobierno, que tiene olor a salida, fue la demanda que la cadena de supermercados de capitales estadounidenses, WalMart, quien demandó al Estado chileno por «incumplir con su deber de garantizar el orden y la seguridad pública». WalMart pisa fuerte en Chile con mas de 300 sucursales en todo el País y esta presentación no es solo un reves para el gobierno, sino que se estima que pueden caer demandas similares de otras empresas, lo que pondrían en aprietes desde un nuevo sector (¿impensado?) a Piñera.

Chile despertó y no es una consigna.

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