SOLIDARIDAD COMO BANDERA

Por Juan Meza

Cuba, es ejemplo histórico de solidaridad. Todo aquel que viaja a la isla vuelve asombrado, no solo de sus paisajes, sino de la hospitalidad de su pueblo. Y no es todo un decorado montado para el turismo, sino una de sus políticas más fuertes desde que Fidel y los barbudos bajaron de la sierra y derrocaron a Batista. En este contexto mundial, donde la OMS decretó la pandemia del COVID-19, Cuba no solo dejó atracar un buque británico en uno de sus puertos, sino que envió, como en reiteradas ocasiones y contextos, brigadas de médicos a distintas partes del mundo para ayudar a combatir al virus.

“No somos superhéroes, somos médicos revolucionarios”. Esa fue la frase que declararon los médicos cubanos antes de subir al avión que los depositaría en Italia, para brindar la ayuda humanitaria para combatir el famoso coronavirus. Desde el comienzo de la pandemia, el país caribeño comenzó una oleada de envío de médicos a distintas partes del mundo para combatirla. Hoy en día hay 52 profesionales de la salud, entre médicos y enfermeros, en Italia. 51 médicos fueron a Surinam, mientras que enfermeras se acoplaron a los más de 100 médicos que ya había en Jamaica. En esta semana un grupo de profesionales cubanos arribó a la provincia de Buenos Aires para brindar su ayuda, en un sistema que, sin estar colapsado, es deficiente.

“No podemos dar lo que nos sobra, sino compartir lo que tenemos” dijo Carlos Ricardo Pérez Díaz, jefe de la brigada de médicos cubanos en Italia. Esa es una política internacionalista adoptada por Cuba, a principio de los 60, donde su prioridad es aportar su solidaridad a los países, que en esos momentos necesitaban liberarse. Promotor de esta política fue Ernesto “che” Guevara quien con su ejemplo sembró el campo solidario para cosechar el futuro “hombre nuevo”. Nelson Mandela, voz autorizada para hablar sobre la paz y solidaridad decía sobre Cuba y Fidel “lo llamaban tirano, pero lo vi enviar médicos a naciones donde las “democracias” solo enviaban bombas”. Tal es así que Cuba, desde que tomo su postura internacionalista envío en 1976, a Yemen del sur su primera comitiva de profesionales. Desde allí envió a los largo estos años, donde siempre sufrió el embargo por parte de Estados Unidos, médicos hacia Etiopía, Guinea Bissau, Uganda, Luanda, Ghana, Haití, Gambia, Guinea Ecuatorial, y la más reconocida en el cono sur de este continente con la llamada “Operación Milagro”, donde se daba intervención quirúrgica a aquellos que tenían problema oculares en Argentina, Bolivia, Uruguay, Guatemala, Costa Rica, Ecuador, Republica Dominicana, Colombia, El Salvador y Venezuela. Según datos oficiales, los médicos que Cuba envió por el mundo desde que está el gobierno revolucionario al mando de la isla, son más de ciento treinta y cuatro mil.
Como “líder mundial en solidaridad” calificó el primer ministro de Belice, uno de los países en donde los médicos cubanos viajaron para aportar su solidaridad para combatir al COVID-19. No solo los médicos cubanos hacen mella, sino la medicina cubana en su conjunto. El medicamento cubano con el que en China, ahora en Italia, y otros países solicitan, hicieron y hacen frente al coronavirus es el Interferón Alfa 2b Humano Recombinante, creado por especialistas del Centro de Ingeniería Genética y Biotecnología (CIGB) de Cuba. Dicho medicamento se utiliza actualmente para combatir al coronavirus, pero fue creado en la década del 80 para hacer frente a enfermedades como hepatitis o HIV. Por estas horas, sin encontrar aún la vacuna que mate al coronavirus el Inteferón Alba 2b HR es el más solicitado en el mundo para apaliar está crisis sanitaria donde se ven la miserias de unos, y el altruismo de otros.

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