A 32 AÑOS DEL ASESINATO DE AGUSTIN RAMIREZ: MARTIR DE LOS ASENTAMIENTOS

*Por Jorge Chambi

El 5 de junio de 1988, en la esquina de la calle 898 y 826 de Solano; el cuerpo de Agustín Ramírez fue arrojado. Esa misma noche fue acribillado el Joven Javier Sotelo, por haber sido testigo del secuestro de Agustín en la calle 891 y 823.  Agustín Ramírez con sus 22 años, era militante cristiano de las Comunidades Eclesiales de Base. Estaba comprometido con los asentamientos, con la reivindicación de los barrios empobrecidos del Gran Buenos Aires, con los jóvenes, con interior profundo. En las Comunidades Eclesiales de Base, junto al padre Raúl Berardo orientado y acompañado por el Obispo Novak, había aprendido que todos éramos hijos de Dios. Por lo tanto nadie debía de ser dejado fuera de la mesa del pan, del pan del saber, del pan de la dignidad, del pan de la fraternidad, del pan del compartir y del encuentro en Ñanderoga (casa de tod@s en guarani). 

La idea de aquellos jóvenes como Agustín era recuperar la historia de esas Naciones que estaban dispersas por el Gran Buenos Aires, pero que con el paso del tiempo pierden su identidad y su cultura y asumen la masificación de la gran ciudad. 

Desde esta perspectiva organizó varios asentamientos. En 1982 se opuso al Servicio Militar Obligatorio con asesoramiento de Pablo Pimentel. Años después fundó el periódico Latinoamericagaucha en la que quiso resumir el pensamiento de la Patria Grande. El propósito del periódico era mostrar a los propios vecinos, que en Solano no solo ocurrían robos, sino que sucedian otras cosas buenas, que nos ayudaban a vivir mejor entre nosotros y que tenía que ver con la cultura de nuestros antecesores. Para tal fin organizo un grupo de jóvenes en un Equipo Social Latinoamérica Gaucha (ESLAGA). 

El 5 de junio de 1988 cuando estaba preparando una olla popular para el asentamiento 9 de julio y de ese modo hacer el cumpleaños de la Patria con los vecinos de la comunidad Caacupe, fue secuestrado, torturado, ejecutado por las fuerzas de seguridad, esbirros de los dueños de la tierra, para luego arrojar su cuerpo en la calle 898 y 826 de San Francisco Solano. 

Cuando se intentó esclarecer en aquel momento los crímenes de Agustín y Javier, la radio y los medios periodísticos echaron a correr información mentirosa. Mientras que la fuerzas policiales se paseaban por los asentamientos a la luz del día intimidando a los familiares, amigos, vecinos y todos los que conocían a Agustín. 

A pesar del miedo, núnca dejamos de hacer memoria. Siempre sostuvimos que Agustín Ramirez fue asesinado por su compromiso de entrega hacia el otro. 

Agustín Ramírez, presente, ahora y siempre! 

*Compañeros de militancia y Amigo de Agustín.

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