SOBERANÍA Y CAMBIO CLIMÁTICO

Por Juan Meza

El próximo 30 de abril, se vence la concesión de la Hidrovía Paraná-Paraguay y aún hoy no se sabe si se licitará nuevamente o el Estado tomará las riendas para recuperar soberanía, tener la posibilidad de ingreso genuino de divisas y aportar un granito de arena para revertir, desde ese lugar, el calentamiento global.

 

En 1995, el paquete privatizador que dejaron desde el Norte en la puerta de nuestro país y que se encargó de abrir Carlos Saúl Menem, como primer mandatario en aquel año y toda la década del ´90, no solo trajo la privatización de YPF (Yacimientos Petrolíferos Fiscales), las jubilaciones con el arribo de las AFJP (Administradoras de fondos de jubilaciones y pensiones) sentenciando a la miseria a les jubilades, Aerolíneas Argentinas, la aerolínea de bandera, las distribuidoras de energía, entre otras tantas. Esa ola privatizadora no solo trajo perdida de trabajo, por lo que muches cayeron en la pobreza e indigencia, castigando siempre a los que menos tienen, sino que también golpeó a las arcas del Estado de lleno, quitándole la posibilidad de crear trabajo e ingreso de divisas propio y genuino. Uno de los ejes centrales de ese paquete fue la Hidrovía Paraná-Paraguay. Por esa ruta de 3442 km que se extiende desde Puerto Cáceres en Brasil, hasta Nueva Palmira, en Uruguay, pasan entre 4500 y 6000 embarcaciones anuales, lo que representa el 75% de la producción del agronegocio de la Argentina y una gran parte de la producción del resto de los países del Mercosur. La empresa que aún hoy posee dicha licitación es Hidrovía S.A que es un consorcio de dos empresas, una de capitales belgas, Jan de Nul y la argentina EMEPA. Cabe aclarar que la licitación que se llevó a cabo en 1995 y que se sentenció en tiempo récord, con muchas irregularidades hablaba de 10 años de concesión, pero se fue renovando y su última actualización fue en el 2009, durante el gobierno de Cristina Fernández de Kirchner, que prorrogó ese vencimiento hasta este 30 de abril de 2021.

QUIEN MANEJA EL AGUA NO ES UN AVATAR

Se sabe desde tiempos coloniales que quien maneja el río, el mar y sus afluentes, maneja la Nación. Con el paso del tiempo eso fue perdiendo terreno. Lo que fue perdiendo terreno no fue la actividad misma de controlar lo fluvial sino esa discusión. Desde la privatización del Sistema de Navegación Troncal (SNT) la discusión sobre esta temática quedó guardada en los cajones. En sus orígenes se había pensado en una agencia de control que jamás se implementó, por lo que la empresa hizo y deshizo a su antojo todo respecto a balizamiento, peajes y dragado. Como hemos dicho, anualmente pasan entre 4500 y 6000 buques, lo que representa una recaudación de USD 750 millones. Si se toma en cuenta el mantenimiento que ronda los USD 325 millones, la ganancia anual de la empresa son de USD 425 millones.

Debido a esta falta de un Ente estatal que regule y verifique el accionar de la empresa privada, sobre la Hidrovía es que Argentina carece de datos para poder llevar a cabo información certera de lo que por allí pasa. El país se basa en declaraciones juradas de Brasil y Paraguay para tomar esto como válido.

ESTATIZACIÓN Y PRIVATIZACIÓN

En agosto de 2020, mientras transitábamos lo peor de la primera ola de pandemia del COVID-19, el gobierno anuncia la creación de la Administradora Federal de la Hidrovía Sociedad del Estado. Esto hacía pensar que al terminar la concesión de la empresa belga/argentina, el Estado podía hacerse cargo de uno de los puntos neurálgicos del cono sur, donde el ingreso genuino de divisas puede hacer pagar la deuda externa en poco tiempo y luego depender de sí mismo para nunca más tener que “caer” en recetas obsoletas y hambreadoras como las del Fondo Monetario Internacional (FMI). Pero luego del anuncio de la creación de esa administradora, el mismo gobierno, un mes después, mediante el Decreto 949/20, habilitó a un nuevo llamado internacional a licitación de dicha concesión. Como pasó con Vicentin, pero esta vez sin bombos ni platillos, el gobierno avanza un paso y retrocede 3. El Senador Jorge Taiana, es uno de los voceros del ala del gobierno que quiere avanzar con la estatización de la Hidrovía. El senador dice que “en los puertos privados, consorcios y en toda la vía navegable tiene que haber un control efectivo de la AFIP y la Aduana, como así también de la Prefectura. Así evitamos la subfacturación, la sobrefacturación y el contrabando”. La falta de control estatal sobre este afluente, el nervio central de las importaciones y exportaciones del Mercosur, hace que no solo el país se pierda de obtener divisas genuinas, sino que además se le escapen el pago de tributos al no poder fiscalizar ninguna de las operaciones del comercio exterior, lo que implica una pérdida de soberanía pocas veces vista.

EL CANAL MAGDALENA: BIEN, GRACIAS

La nueva licitación que abrió el gobierno el pasado noviembre mediante el Decreto 949/20 también se volvió a hablar sobre el canal Magdalena. Dicho canal es un paso directo del Río de La Plata hacia el Atlántico Sur. Jorge Tatiana dice que “El Canal de Magdalena es la oportunidad de tener un puente entre la Argentina fluvial y la Argentina marítima, y para controlar mejor todo esto” y termina diciendo “mientras que nosotros nos mantuvimos en este limbo, los panameños hicieron un doble canal. Es el momento de pensar las cosas con cierta profundidad y visión de mediano plazo. Lo más importante es poner la vara alta en las preguntas, que son importantes y tienen que ver con las posibilidades de un desarrollo armónico ambiental y productivo en Argentina”.

¿CAMBIO CLIMÁTICO O COLAPSO CLIMÁTICO?

El pasado 22 de abril fue el día mundial de la Tierra y los líderes de cada país, se juntaron, de manera virtual, para discutir sobre qué políticas implementar a raíz del acelerado proceso de calentamiento global que nuestro planeta está padeciendo, producto del capitalismo salvaje y que para el año 2100 se estima que la mitad de la población mundial va a sufrir temperaturas elevadas que el cuerpo humano es incapaz de resistir, entre otros tantos problemas. En esa reunión el presidente argentino, Alberto Fernández, habló sobre la deuda externa y solicitó que los países miembros se ocupen garantizar una prórroga en el pago de dicha deuda de los países postergados, como es el caso de la Argentina. El calentamiento global quedó en un segundo plano.

El gobierno tiene la pelota en su poder y tiene la posibilidad de jugar para el país. No sólo con la recuperación del SNT, sino que dicha recuperación puede hacer valer sus derechos y pensar en el medio ambiente, en el territorio y en la integración de los Estados con un mismo fin en común. Si el cambio climático sigue avanzando, como se teme, el caudal del río va a depender de un milagro para que los buques que por allí navegan, que son cada vez más grandes llevando cada vez más toneladas de mercaderías, sigan haciéndolo. Vistas las sequías y los incendios en los humedales al costado de la Hidrovía Paraná-Paraguay, pasando por la deforestación al sur de Brasil, va ser difícil si el Estado no interviene con políticas de impacto ambiental que tenga una mirada más conservadora respecto del suelo y del río que de las ganancias de unos pocos.

Argentina está ante un momento único, en tiempos difíciles. Como sociedad nos debemos una discusión profunda del país que queremos y del que le queremos dejar a nuestres hijes y nietes. La estatización de la Hidrovía Paraná-Paraguay es una de esas oportunidades que no podemos dejar pasar y es de vital importancia que centremos nuestra mirada allí, para, por lo menos, discutir lo diario un escalón más más arriba.

 

 

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