“CAMPO SANTO”, TEATRO Y COMPROMISO.

Entrevista a Fernando Crespi

Por Eduarda Zaitsev

 En el marco de las celebraciones por el “Día Mudial del Medio Ambiente” y de la conmemoración del 4º aniversario del fallecimiento de Ana Sabaloy, la Asamblea Socio-Ambiental de San Antonio de Areco impulsó la “Semana del Ambiente”, una serie de actividades orientadas a visibilizar la dramática situación que atraviesan millones de habitantes de los llamados “Pueblos Fumigados”. Como broche de oro de estas jornadas de concientización que incluyeron la presentación, en sede UNSAdA, de algunos resultados de los estudios realizados por el equipo de ecotoxicología de UNSAM-CONICET en aguas y sedimentos del Rio Areco; la instalación de una feria sustentable al aire libre con  música en vivo y un taller-intercambio sobre la importancia de la vida vegetal mas algunas técnicas de cultivo agroecológicas, la impactante representación teatral “Campo Santo, una niebla de veneno violando nuestras casas”  interpeló a la concurrencia con su elocuente dramatismo.

Basada en el vía crucis sufrido por Sabrina Ortiz, pobladora pergaminense que sobrelleva las enfermedades contraídas por ella y sus hijos, causadas por las sistemáticas fumigaciones con agrotóxicos de las que son víctimas, la obra narra el periplo de denuncia y lucha contra el negacionismo recorrido por Sabrina ante tan acuciante problemática. Con las brillantes interpretaciones del elenco conformado por “Nenina” Mogliati, “Pucho” Holmer, Melisa Jacobs, Fernando Peduto, Fernado Songini, Irene Lavandera y Carla Torchelli, “Campo Santo”  patentiza la trama de complicidad que se da entre el poder económico y el poder político para sostener el agroextactivismo pese a las graves consecuencias que esta industria genera en la salud de poblaciones enteras, a la vez que retrata la ignorancia y el menefreguismo de un sector de la ciudadanía obnubilado por los relatos oficiales.

Con dramaturgia y dirección de Fernando Crespi, “Campo Santo” hace gala de un profesionalismo militante digno del reconocimiento que el público le expresa y de las mejores tradiciones del teatro comprometido con la realidad social. Su puesta en escena remite a los cuadros filodrámaticos impulsados por las organizaciones obreras de principios del S. XX, mediante los cuales se represantaban obras de González Pacheco o Florencio Sánchez; al grupo “Libre Teatro Libre”  de los años ´6o-´70  y al “Teatro Calibán” de Norman Briski, entre otras agrupaciones del arte escénico combativo.

Luego de la función ofrecida el sábado 10 de junio en Plaza Gómez, Fernando accedió generosamente a una entrevista con ANCAP en la que nos relata cómo surgió la idea de llevar al teatro la historia de Sabrina, cuyo drama se replica en cientos y miles de pueblos en gran parte del territorio nacional. Esto nos decía: Nos enteramos por las redes lo que pasaba en la periferia de Pergamino y sabíamos, de oído, lo que estaba ocurriendo ya que los medios no se manifiestan sobre esta problemática. Para esa época estábamos encontrándonos para iniciar un trabajo de teatro y no sabíamos qué tema abordar, estábamos buscando. Paralélamente empezamos a ir a las marchas que se organizaban en el pueblo en contra de las fumigaciones y la conocimos a Sabrina y supimos por lo que estaba pasando. Eso nos dió la necesidad de ser parte, desde nuestro rol de teatristas, de hacer algo. Ha sido muy gratificante estar con ella, codo a codo y acompañarla para que no esté tan sola, porque, como se ve en la obra, siendo mujer, se enfrentaba a todo sola. Ella era docente en el área de salud; se recibió de abogada para defenderse porque no conseguía quién la defendiera. En 2017 inició las causas y empezó a recabar información de vecinas, en el barrio. Allí descubrió que en uno de los barrios, sobre un total de cinco manzanas, existían cincuenta y tres casos de cáncer; que el agua en los tanques tenía hasta dieciocho agrotóxicos más el arsénico… y bueno… fuimos tratando de construir esta historia que ella estaba atravesando. Luego, cada tanto, ella iba a ver ensayos y la fuimos armando. Ahora nos acompaña, aunque hoy no pudo venir, pero nos acompaña todas las funciones y eso es muy fuerte para ella, para nosotros, para la gente. Donde vamos hay mucha empatía y por eso hoy comenté que estamos desparramados, porque Sabrina dice que “somos muchos pero estamos desparramados”, entonces pienso que sirven estas jornadas, aunque parezca que somos poquitos, y además es la única que nos queda.

Le preguntamos sobre la importancia del Arte en la tarea de visibilizar lo que pasa en la realidad  y nos dice: A mí me encanta incentivar a otros artistas a que, desde la música, desde la pintura, desde la fotografía, se retraten estas luchas. Hay unas fotos de Piovanno, increíbles, dolorósamente hermosas porque reflejan en carne y hueso cuáles son las consecuencias de las fumigaciones, entre otros males… pero bueno… es la que nos toca vivir en Pergamino, en San Antonio de Areco…. Aquí Fernando se corre un poco de la cuestión artística para retomar la historia de Sabrina que, en definitiva, es lo que vino a mostrarnos y no solamente a través de la presentación de “Campo Santo”. Sabrina –dice- estuvo perseguida por los mismos que la enferman, le mataron el perro, le tiraron bidones de agrotóxicos, le aflojaron los tornillos de las ruedas del auto, ha sido amenazada, tuvo custodia de la Policía Federal en una época… todo esto en una sociedad que, por no tener compromiso mediático en la difusión de estos temas, permanece indiferente, desinformada. Y nosotros ahí estamos, queriendo visibilizar esto. Es toda nuestra pretensión.

Esta pretensión de visibilizar el silencioso envenenamiento masivo que acarrea inexorablemente el modelo agroexportador basado en transgénicos y pesticidas, ha hecho que la obra sea presentada en varios escenarios de la zona núcleo. Fernando evoca que recorrieron diversos pueblos “sojeros”, como Vedia, Colón, Pergamino. También estuvimos en Buenos Aires, Rosario, Santa Fé… en fin, anduvimos mucho… y en todos lados nos dicen que pareciera que fuera la historia del lugar, como que se replica. Incluso el Intendente nuestro, que está en contra de esto y a favor de los “productores”, que ha apelado las medidas judiciales, al igual que el Intendente de la obra, es muchos Intendentes. El discurso de los “productores” también. Ese discurso es el de muchos y, cuando a veces encontramos a alguien que nos viene a increpar, nos damos cuenta que dice lo que dice la obra. Es como que está dicho en la obra lo que dicen las partes.

En palabras de Crespi, la obra Tiene climas y tenciones muy reales, muy emotivas, que llegan a un hiper realismo, pasan una frontera y se transforman en un absurdo, de tanta realidad. Yo oía esas excusas, como por ejemplo de que el “Raid” o los espirales provocan mas cuestiones que el glifosato, o que se compara a las fumigaciones con cruzar un semáforo en rojo, todo eso parece absurdo en la obra pero es real. Luego están las vecinas como personajes, con las que intentamos aliviar tensiones e introducir ese color que tienen. La mención de las “vecinas” viene a cuento ya que el papel que desarrollan en la obra impacta por lo desopilante de las actuaciones y por su semejanza con la realidad, que en el caso de “Campo Santo”, no es mera coincidencia.

Agradecemos a Fernando Crespi su generosidad y su compromiso, al tiempo que celebramos la tarea  que él y todo el elenco de “Campo Santo” siguen desarrollando en pos  del Arte y la Vida. Salud.

A %d blogueros les gusta esto: