OSVALDO SORIANO, MOSTRÓ LA REALIDAD A TRAVES DE SU PLUMA

Osvaldo Soriano fue un gran escritor y periodista, pero no solo eso. Amante fervoroso del fútbol como algunos de sus libros lo indican. Redactor con una pluma que pasó en la década del 70 por diarios y revistas como Primera Plana, Panorama, La Opinión y El Cronista. En 1976 se exilió en Bélgica y en Paris donde se radico hasta el regreso a la democracia en Argentina. : En enero de 1997 muere a causa de un cáncer de pulmón, tenía 54 años. Por Federico Paterno

Federicopaterno.ancap@gmail.com

No amaba la literatura para leerla, pero si para escribirla. No llegó a la meta que sus padres querían de él como ingeniero, pero tampoco el suyo de ser jugador de fútbol. Crecido en la ciudad conocida como “La feliz” y luego con rumbo hacia Tandil fue haciendo camino al andar. Lo que siempre fue de gran importancia para “El gordo”, como lo llamaban sus allegados, era su club: el ciclón de Boedo. Un fanático a raja tabla de los colores azulgrana.

Amante del fútbol para verlo y para jugarlo. Un gran creador de historias y de cuentos. Frases como  “Si yo nunca me metí en política, siempre fui peronista”, aparecen en su libro “No habrá más penas ni olvidos”. Un relato basado en la Argentina entre 1973 y 1974 con el regreso de Juan Perón a nuestro país. Un libro que con el pasar de los años es indispensable ubicarlo en la biblioteca de cada casa. Este fue llevado por Héctor Olivera al cine con las actuaciones de Rodolfo Ranni, Federico Luppi y Miguel Angel Solá, entre otros.12719304

Ahora saltaremos por algunos párrafos de la literatura de Osvaldo para pasar a hablar de su trayectoria en el periodismo. Su trabajo lo encontró hasta sus últimos días redactando para el matutino Página 12. Pasó por la revista “Primera Plana” y por el diario de Jacobo Timerman, “La Opinión”. Su primer trabajo dentro del violento oficio de escribir fue en “EL Eco de Tandil”. En 1969 llega a Buenos Aires y comienza a realizar crónicas para la revista Panorama y el diario La Opinión. Al momento del exilio con la dictadura instalada en nuestro país escribió en medios europeos y al regreso ya en democracia en Página 12. “Era mejor estar equivocado con la dictadura que tener razón obedeciéndola”, sentenció Soriano en aquella época.

Ahora volvemos a la literatura de “el gordo”, Para recordar y refrescar a quienes no conozcan los libros de su autoría son: “A sus plantas rendido un león”, “Una sombra ya pronto serás”, “El ojo de la patria”, “La hora sin sombra”, “El negro de París”. Un gran libro fue también la recopilación de artículos periodísticos: “Artistas, locos y criminales” (1984), “Rebeldes, soñadores y fugitivos” (1988), “Cuentos de los años felices” (1993) y “Piratas, fantasmas y dinosaurios” (1996).

A la hora de su pasión futbolera apareció su libro “Arqueros, ilusionistas y goleadores”, donde se puede leer “Le amagué una gambeta y toqué la pelota de zurda, cortita y suave, con el empeine del botín, como para que pasara por ese paréntesis que se le abría abajo de las rodillas. El narigón se ilusionó con el driblin y se tiró de cabeza, aparatoso, seguro de haber salvado el honor y el baile de Barda del Medio. Pero la pelota le pasó entre los tobillos como una gota de agua que se escurre entre los dedos”, Osvaldo Soriano. Hasta aparece Perón como árbitro en uno de los relatos. Solo él puede tener esas ideas.

Otra novela que marcó su trabajo fue “A sus plantas rendido un León” publicada en 1986 donde un cónsul argentino llega a Bongwutsi, en África. El contexto político nos marca la guerra de Malvinas. El país es imaginario. Dentro de esta fantástica historia aparece el Comandante Fundador del Primer Estado Marxista Leninista de África, su nombre Michel Quomo. Todos los personajes que aparecen tienen la mezcla de la realidad y la fantasía. Las ideologías se hacen presentes y los trasfondos se relucen a lo largo del relato en cuanto a la guerra de Malvinas y a la figura del imperialismo en medio de esta historia. Una novela que no permite ni por un segundo abandonar la lectura.descarga (11)

“Quizás lo único que me propongo al escribir es quitarle a la literatura cierta solemnidad que tiene. Tengo poca relación con la crítica. Me importan los lectores, divertirme escribiendo y abrir un mundo que mezcle la aventura con la política y el humor”, esta fue una de las frases que denotan la búsqueda de Soriano al volcarse a la escritura.

Algunos de los premios que recibió a sus obras literarias fueron el Raymond Chandler, el Konex y el Quinquela Martín.

Entre los autores que él prefería leer se encontraban Roberto Arlt, Julio Cortázar y  Chandler. Hoy los libros del gordo Soriano son clásicos de la literatura argentina. Son libros que en su mayoría están agotados y tras ser reeditados se venden en poco tiempo. Marcó un estilo a la hora de contar las novelas. Planteó una forma diferente al resto de los autores al abordar el relato con personajes imaginarios que nos permite entender el pasado político de nuestro país. Lo más importante es que logró que muchos no lo olvidemos.

Una amistad se forjó entre dos Osvaldo, Bayer y Soriano. Comenzó con una disputa tras dos posiciones encontradas respecto al anarquista Severino Di Giovanni, el idealista de la violencia, Bayer tiene un libro publicado sobre la vida del anarquista y su tocayo publicó una nota donde decía todo lo contario a su colega. Hubo un llamado telefónico donde el diálogo se fue de tono a raíz de la indignación de Bayer por la nota publicada. Con el correr de los años se encontraron y lograron verse personalmente. Fue en la “Feria del Libro de Frankfurt” y de ahí en más la amistad fue lo que comenzó entre los dos Osvaldo Y las reuniones en “El tugurio”, la casa de Osvaldo Bayer, se lleno de debates y encuentros. De charlas políticas donde también participaban escritores como e intelectuales como David Viñas, León Rozitchner y Tito Cossa.

Bayer dijó sobre Soriano en el 2004 “fue uno de los escritores que más supo interpretar esa realidad argentina, por lo menos es el que mejor ha descripto al peronismo en “Cuarteles de invierno” y en “No habrá más pena ni olvido”. soriano-puch

“Los ideales son la única forma de saber que estamos vivos”, O.S

 

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