Hoy hacemos una recorrida por la vida del arquero: los cambios en la vestimenta, los guantes, las rodilleras, las camisetas y todos los implementos que se fueron sumando y desechando para el puesto más complejo en el mundo del fútbol. Por Manuel López
El futbol, con el paso de los años ha ido evolucionando. Desde el mundial disputado en 1930, en el vecino país de Uruguay, hasta la más reciente cita desarrollada en Brasil. La disposición táctica de los equipos y la vestimenta han ido mutando y proporcionando una mayor comodidad a los protagonistas de nuestro querido deporte.
Cuellos cerrados con cordones, camisas de mangas largas y pelotas con costura exterior eran los elementos que se empleaban para poder jugar. Más adelante aparecería la válvula, lo que permitía que la pelota no sea descosida para ser inflada. En otra ocasión hablaremos sobre la historia de la principal protagonista (la bocha o el fulbo, como quieran decirle), pero en este caso, lo que tenemos para contarles es acerca de los cambios en la ropa y accesorios que se fueron sumando al oficio de guardameta.
Claro está que para ser arquero hay que ser distinto al resto. Por lo general, nadie tiene deseos de ir al arco y muy pocos son los adeptos y/o apasionados por este puesto. Digamos que hay escases de mano de obra y cuando se encuentra a uno, se lo ve con muy buenos ojos. Obviamente, después debe demostrar sus cualidades debajo de los tres postes, tarea más que compleja.
El primer rasgo distintivo lo otorga el mismo reglamento, ya que el portero es el único que tiene la potestad para vestir de manera diferente a la de sus compañeros. En sus comienzos, se usaban tricotas de lana gruesa con cuellos de color gris o negro. La boina era un elemento indispensable para proteger la visión del sol. También era muy habitual que se emplearan las rodilleras; sin embargo, a comienzos de la década del 70´ estas fueron quedando en desuso.
Los guantes eran algo totalmente extraño para un fútbol que recién estaba dando sus primeros pasos. Los primeros guantes aparecieron en 1885, creados por el empresario inglés William Sykes. Lamentablemente, su invento no tuvo éxito, ya que no se consideraban como algo prioritario por aquel entonces.
En la década de 1930 emergerá el nombre de Karl Reusch (sí, el de la marca deportiva tan conocida). Este alemán fue el creador de unos novedosos guantes para esquí, antecesores directos de los que luego serían los guantes de arquero tal cual los conocemos. Carlo Ceseroli, arquero de la selección italiana de los años 30´, fue uno de los primeros porteros en utilizar estos novedosos accesorios. Su empleo lo destinaba generalmente a los partidos de invierno.
Si hablamos de cambios en el puesto hay que hablar de Amadeo Carrizo, jugador de River Plate, Millonarios de Bogotá y de la selección Argentina. El gran Amadeo implementó una revolución en la manera de atajar: solía salir del arco, no se quedaba bajo los tres palos y atacar directamente al delantero en pos de conseguir la pelota. Catalogado como el mejor guardameta del siglo XX en Latinoamérica, el oriundo de Rufino, Santa Fe, popularizó el uso de los guantes tanto de lana como de algodón.

Otra eminencia del arco fue el ruso Lev Yashin, jugador del Dinamo de Moscú y de la URSS. Corría el año 1958 y a su par, el mundial de Suecia. Más conocido como la araña negra, fue el primero en utilizar guantes durante una copa del mundo. Para ese entonces, aún eran parte de la indumentaria habitual las camisas con cuello y las boinas.
El cambio en las camisetas de arqueros se producirá cerca de la década del 70´, cuando empiecen a aparecer los buzos con combinación de colores y dibujos, aunque la tela seguía siendo gruesa. En cuanto a los diseños de los guantes, fueron evolucionando hacia la goma, dejando relegado al cuero. Gordon Banks, arquero de la selección inglesa, decía que la seguridad que proporcionaban los guantes era distinta al hecho de atajar con las manos desnudas.

Se puede decir que uno de los grandes quiebres se produce a través de la marca Reusch. Elaboraron unos guantes exclusivos para el portero de la selección de Alemania, Seep Maier. Se combinaron cuero, goma y caucho. A diferencia de los modelos anteriores, estos eran portadores de un tamaño superior al de la mano. El resultado, una gran capacidad de agarre y una mayor protección ante lesiones como esguinces, torceduras o luxaciones.
Quién no recuerda a Thomas N´Konno, referente del fútbol español de los años 80´. Además de ser un gran arquero, también se destacaba por jugar con pantalones largos. Ahora es algo común ver a los arqueros vestirse de esta manera, pero durante esos años, era poco usual. Vale citar también al arquero húngaro Gábor Kiraly, que si bien atajaba con pantalones largos, solía hacerlo con joggins. Su debut profesional fue en 1993, en el Szombathelyi Haladás de Hungría.
Ingresamos a 1980 y 1990, la tecnología se combina con la eficacia. Además de protección, se busca obtener un mayor agarre y ligereza a través de los guantes. Los buzos dejaron de ser de un material pesado para empezar a utilizar telas más livianas como la seda. También comienzan a incursionar las pautas publicitarias. Las boinas ya habían desaparecido. Se utilizaban gorras pero que no solamente cumplían la función de proteger del sol, también buscaban difundir algún aviso de un patrocinador.
El arquero ya no se limitaba a evitar los goles, sino que también tenía la obligación de jugar con los pies ante un pase de un compañero (cambio de reglamentación de 1992). Debieron mejorar en cuanto a técnica y ser mucho más ágiles con la pelota. Grandes exponentes de arqueros/jugadores fueron Hugo Gatti, René Higuita y Jorge Campos. En el caso de Campos, más de una vez se dio el lujo de jugar de delantero. Marcó 35 goles y un gol muy recordado por la afición mexicana es una anotación de chilena que hizo para el Atlante.
En la actualidad, los buzos de arquero dejaron de existir. Lo que vendría, se asemeja más a una camiseta de cualquiera de los diez jugadores restantes. Muchas veces, atajan con la camiseta suplente o viceversa, de acuerdo a la indumentaria que le toque usar al equipo teniendo en cuenta su condición de local o visitante. Las gorras no son comunes aunque si las vinchas. Se masificó el uso de pantalones largos y las camisetas son mucho más entalladas (tanto la de arquero como la de los demás jugadores).
El oficio de ser arquero, un puesto especial, distinto al del resto. Como pudimos ver, las modas fueron cambiando y, junto con ello, también se modificaron las formas de atajar. Cada determinación que se pueda tomar, perjudica un poco más al arquero. A segundos de convertirse en héroe o a nada de pasar a ser foco de miradas rabiosas por una mala decisión, son cosas con las que debe lidiar. Muchos se olvidan de lo importante que es. Es verdad que no hay nada más lindo que los goles, pero con eso no basta, también hace falta alguien que los evite para obtener la victoria.