Se va de este mundo Fidel. Queda su legado y sus ideas que sobrevivirán por el resto de la historia de la humanidad.
Por Juan Alberto Perez*
Es un día gris en Buenos Aires el amanecer del 26 de noviembre de 2016. Parecen esos días de luto, de desamparo que evoca la desazón. Es probable que el clima se pone a tono con la noticia que llega desde el Caribe ¡Fidel ha muerto!
Y hablamos de Fidel y no hace falta decir apellido. Sabemos a quíen nos referimos. A un hombre que hoy ha demostrado su calidad de tal, si siempre pensamos que era más que un simple ser humano, si crecimos con las historias acerca de la fuerza sobrehumana de una figura que trasciende como pocos en la historia. Al morir demuestra que es tan falible como todos, excepto por una pequeña cosa. Su herencia y sus ideas no perecerán jamás.
Y si bien en La Habana cuando Raúl anunció la desaparición física (porque sólo eso sucedió) del líder revolucionario más importante del siglo veinte, creó que las lágrimas que hoy esbozan los cubanos no son sólo de tristeza. Debe haber un dejo de alegría, porque Fidel se fue como quiso y no como quisieron. Porque el imperialismo lo quiso en este estado mucho antes de lo que el comandante le dio el gusto. Porque finalmente demostró que como todo hombre le tocó la hora, pero le llegó cuando su cuerpo le dijo basta. Ese cuerpo que tanto le rindió, que tanto desgastó en la lucha de por su pueblo.
En estos momentos de tan hondos pesares sólo queda lugar para poder comprender quién se ha ido en una simple imágen producto de la verdadera transformación que realizó la revolución. Y es la imagen de la sonrisa de los cubanos, que es la sonrisa más grande del mundo. La más blanca, la mas pura, la más llena de dientes que puede existir. Ahí, en esa sonrisa se expresa el logro más importante de este proceso que lleva cincuenta y seis años, la igualdad. En Cuba todos los ciudadanos tienen derecho a educación digna y de calidad y a un sistema de salúd pública de los mejores, incluso por sobre las grandes potencias capitalistas.
Y la dignidad de un pueblo que fue mascarón de proa en el proceso revolucionario que se sostuvo estoico a pesar del asedio y el bloqueo de la mayor nación imperialista acompañada por todos sus laderos europeos y americanos.
Fidel nos deja un legado, que es el mismo que nos ha dado en cada aparición, en cada discurso, en cada acción. El de la lucha por la igualdad. El camino del socialismo. Y el enfretamiento al imperialismo explotador. Y un mensaje retumbará por siempre “Revolución es cambiar todo lo que debe ser cambiado; es igualdad y libertad plenas; es ser tratado y tratar a los demás como seres humanos; es emanciparnos por nosotros mismos y con nuestros propios esfuerzos; es desafiar poderosas fuerzas dominantes dentro y fuera del ámbito social y nacional; es defender los valores en los que se cree al precio de cualquier sacrificio; es modestia, desinterés, altruismo, solidaridad y heroísmo; es luchar con audacia, inteligencia y realismo; es no mentir jamás ni violar principios éticos; es convicción profunda de que no existe fuerza en el mundo capaz de aplastar la fuerza de la verdad y las ideas. Revolución es unidad, es independencia, es luchar por nuestros sueños de justicia para Cuba y para el mundo, que es la base de nuestro patriotismo, nuestro socialismo y nuestro internacionalismo”
¡Hasta siempre Comandante!
*Lic en Comunicación Social
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