ASUMIÓ EL NUEVO GOBIERNO

Por Juan Alberto Pérez

Tras una larguísima transición asumió Alberto Fernández como presidente de la nación. Sucede a Mauricio Macri, quién se retira con una pésima gestión que condenó al hambre y la pobreza al pueblo argentino. Fernández asumió con promesas de lucha contra el hambre, impulsar la industria y el trabajo, reformas en salud, justicia, educación y distribución de pautas publicitarias; cambio de paradigma en seguridad ciudadana y en igualdad de derechos de la mujer y combate a la violencia y la discriminación como políticas de estado; asimismo reafirmó su compromiso con los ddhh y el reclamo de soberanía en Malvinas. En el marco de su primer discurso oficial quedaron pendientes definiciones sobre el aborto, pueblos originarios, mega minería y la postura sobre la tragedia del ARA San Juan.

En una Buenos Aires incendiada por el calor, el presidente electo asumió su cargo ante una multitud que esperó sedienta la renovación del poder ejecutivo luego de la oscura noche macrista que duró cuatro largos años. Cerca del mediodía se dio la jura definitiva en el Congreso de la nación.

En su primer discurso ante la Asamblea Legislativa el nuevo presidente hizo hincapié sobre una serie de lineamientos generales que enfocará su gobierno. El llamado a un contrato ciudadano para cerrar las grietas sociales. “Vengo a convocar a la unidad de toda la Argentina en pos de la construcción de un Nuevo Contrato de Ciudadanía Social. Lo que supone unir voluntades y articular al Estado con las fuerzas políticas, los sectores productivos, las confederaciones de trabajadores, los movimientos sociales, que incluyen al feminismo, a la juventud y al ambientalismo” expresó Fernández.

Una de los principales objetivos en los que se centró su discurso es la herencia social que recibe el nuevo gobierno, con un 40% de argentines bajo la línea de pobreza, en donde 6 de cada 10 niñes es pobre. Por eso se comprometió a llevar adelante un programa para combatir el hambre en el país. “Tenemos que superar el muro del hambre que deja a millones de hombres y mujeres afuera de la mesa que nos es común. Sin pan no hay presente ni futuro. Sin pan la vida solo se padece. Sin pan no hay democracia ni libertadenfatizó el presidente que asumió. Además, confirmó la creación del Plan Integral Argentina Contra el Hambre y la conformación de un consejo social multisectorial que se dedique a diseñar políticas de estado para combatir la pobreza y la indigencia en el país.

La economía y la generación de empleo

Dentro las problemáticas que deberá enfrentar el nuevo gobierno se encuentra una economía famélica y un industricidio que dejó al 10% de la población desocupada. En este sentido, el presidente en su asunción manifestó su decisión de apoyar mediante créditos no bancarios y baja tasa para Pymes y la industria para reactivar la economía. Además, manifestó la necesidad de dar impulso y protagonismo a los actores de la economía popular. “Queremos un Estado presente, constructor de justicia social. La economía popular y sus movimientos organizados, el cooperativismo y la agricultura familiar serán también actores centrales de estas políticas públicas” manifestó Fernández. Asimismo puso énfasis en la aplicación de políticas de generación de empleo, fundamentalmente en los sectores jóvenes, en donde se registran los mayores índices de desempleo. “Qué los titulares del salario social complementario puedan insertarse en el mundo laboral y cobrar por su trabajo. Debemos garantizar el derecho al primer empleo” expresó Alberto Fernández.

Respecto a la cuestión económica Fernández declaró que no se apoyará el presupuesto 2020 que deja el gobierno de Macri, porque no se ajusta a la realidad macro económica del país, a la realidad social y a la deuda que contiene Argentina. Sobre la deuda con el FMI el presidente manifestó No hay pagos de deudas que se puedan sostener si el país no crece. Tan simple como esto: para poder pagar, hay que crecer”.

Deudas de la democracia

Otra de las grandes problemáticas del país es la salud. Diezmado el sistema sanitario nacional que llega al 2019 con el ministerio degradado a secretaría, con faltantes de medicamentos en los hospitales para enfermedades sensibles como el cáncer, el VIH y las vacunas a niñes. Además de la reaparición de enfermedades erradicadas, como el sarampión. Hay una deuda pendiente de la democracia en brindarle al pueblo, y sobre todo a los más necesitados, un sistema de salud que conjugue la gratuidad y la calidad. Alberto Fernández ya anunció que se restablece el rango de ministerio y en su discurso de asunción manifestó “De aquí en más, arbitraremos las medidas pertinentes para que nuestros hijos sean vacunados en tiempo y forma, para que en los hospitales no falten insumos y para que los remedios lleguen a nuestros abuelos de menos ingresos de modo gratuito”.

La educación es otra de las cuentas pendientes de la democracia. Durante el macrismo se vio diezmado el establecimiento educativo que se convirtió en comedores a donde les pibes iban a buscar un plato de comida antes que a aprender. Asimismo el macrismo que se encargó de cerrar cientos de escuelas en todo el país, utilizó a los docentes como enemigos públicos para justificar su política. El pináculo de esa relación se dio en las provincias de Buenos Aires y Chubut, donde los docentes han estado, y aún lo están en el caso de Chubut, en conflicto permanente por la falta de pago de salarios, las paritarias insuficientes y la falta de inversión en infraestructura. Alberto Fernández expresó que su plan es “universalizar la educación de la primera infancia, para que todas nuestras niñas y niños, desde los 45 días hasta los 5 años aprendan, jueguen y convivan en ese espacio fundamental para su futuro como personas y para nuestro futuro como nación que es la escuela. No descansaremos hasta que un niño en una zona rural tenga el mismo acceso a una educación transformadora que una niña de un centro urbano, viva en el punto del país que viva”. Y respecto a los docentes manifestó “queremos que cada maestro y cada maestra deseen ser los educadores del futuro, el motor de cambio y transformación de nuestra sociedad. Mejorar las condiciones de trabajo y asegurar una formación inicial y permanente debe ser una prioridad”.

Política Internacional: los reclamos históricos y los actuales

En cuanto a la postura con la región latinoamericana y con el mundo expresó su voluntad de relaciones maduras con todo el mundo. Asimismo dio una postura de defensa de la democracia y las voluntades de los pueblos, aunque en este discurso no hubo condena explícita para el golpe de estado en Bolivia y las violaciones de derechos humanos en Chile, Ecuador y Colombia.

Otra de las cuestiones que necesiten de la diplomacia internacional y que tendrá que enfrentar en nuevo canciller, el nefasto Felipe Solá, es el reclamo por la soberanía sobre las Islas Malvinas que el macrismo decidió olvidar, en una posición cipaya del gobierno saliente. “Trabajaremos incansablemente para potenciar el legítimo e imprescriptible reclamo por la soberanía sobre las Islas Malvinas, Georgias del Sur y Sandwich del Sur y los espacios marítimos e insulares correspondientes” expresó Fernández que a su vez manifestó No hay lugar para el colonialismo en el siglo XXI”.

En esta reivindicación soberana se ponderó la memoria de los combatientes caídos y los sobrevivientes de Malvinas. Asimismo no hubo expresiones respecto de los tripulantes del submarino ARA San Juan, también caídos en cumplimiento de su deber durante la gestión nefasta de Mauricio Macri y Oscar Aguad en el ámbito de la Defensa Nacional. Los familiares y la sociedad en su conjunto esperan y necesitan juicio y castigo para los responsables de la tragedia del ARA San Juan y la vida de sus 33 tripulantes.

Las nuevas demandas y la memoria

Entre otras cuestiones que plantea el siglo XXI como problemática es la cuestión medio ambiental. La contaminación ambiental es una de las problemáticas más importantes que requieren una acción inmediata porque sus consecuencias pueden ser irreversibles en poco tiempo. Para este menester Alberto Fernández decidió la creación del Ministerio de Medio Ambiente y Desarrollo Sustentables. “La Argentina necesita una política ambiental activa, que promueva una transición hacia un modelo de desarrollo sostenible, de consumo responsable y de valoración de los bienes naturales” expresó Fernández. “Reafirmamos nuestro compromiso con el Acuerdo de París, promoviendo el desarrollo integral y sostenible mediante una transición justa que asegure que nadie quede atrás. Estas medidas son esenciales para atender las vulnerabilidades del país, en particular, de los sectores más desprotegidos, que son los que más sufren los efectos del Cambio Climático. Necesitamos ordenar las condiciones para la conservación y uso racional de los recursos ambientales, de los bosques y la biodiversidad, de los humedales y los suelos, del mar y sus recursos” manifestó el presidente que asume. Sin embargo, en su discurso no especificó cuales serán las medidas para terminar con el agro negocio que contamina con glifosato y agroquímicos a lo largo y ancho del país; como así también cuál será la postura del gobierno sobre la mega minería que extermina comunidades enteras en las zonas cordilleranas.

Los derechos humanos fueron muy postergados por el gobierno de Macri. Intento de otorgar el 2X1 a represores detenidos, desconocimiento de las cifras de desaparecidos e intento de restablecer la teoría de los dos demonios fueron una constante de la era macrista. Fernández en su asunción insistió en su compromiso con las causas de Memoria, Verdad y Justicia. Hoy, otra vez, la Argentina vuelve a comprometerse con el respeto a los derechos del hombre y a levantar ese compromiso como bandera inclaudicable en cualquier país del mundo”. Y a su vez, atacó otro flagelo en materia de derechos humanos que dejó el macrismo, que son las doctrinas de mano dura y punitivismo con Patricia Bullrich como punta de lanza. Fernández expresó “debemos escapar a la lógica del gatillo fácil” y manifestó su voluntad de crear un plan de seguridad ciudadana y la transformación del paradigma instalado por Mauricio Macri.

En materia de derechos, los derechos de las mujeres, género y diversidades también fue parte de su alocución. Al anuncio de la creación del Ministerio de la Mujer se sumó una promesa del gobierno de que el Estado estará al frente de la problemática de género. “Estos próximos cuatro años haré todos los esfuerzos necesarios para que estén en un primer plano los derechos de las mujeres” manifestó Fernández. Ni una Menos debe ser una bandera de toda la sociedad y de todos los poderes de la república. El Estado debe reducir drásticamente la violencia contra las mujeres hasta su total erradicación. Abrazaremos a todos quienes sean discriminados. Porque cualquier ser humano, cualquiera de nosotros, puede ser discriminado por lo que es, por lo que hace, por lo que piensa. Y esa discriminación debe volverse imperdonable” expresó el Presidente sobre la violencia de género que hace que cada 33 horas muera una mujer en nuestro país.

Marcar la cancha

En cuanto a los sectores en los que profundizó su mensaje de intento de transformación profunda se refirió a los medios de comunicación y a la justicia. Medios y jueces han sido parte de un entramado de poder para la persecución mediática y judicial de los opositores, el llamado lawfare. Fernández anunció que habrá una redistribución de la pauta publicitaria oficial. Una re orientación hacia la propagación de conocimientos y la educación. Y fundamentalmente para instituciones de medios y ya no para periodistas particulares. “Necesitamos más que nunca de medios vibrantes, comprometidos con la información de calidad. Queremos una prensa independiente del poder e independiente de los recursos que la atan al poder. Queremos que dejen de servir a la propaganda del Estado para que pasen a servir al mejoramiento de la calidad educativa” manifestó el presidente.

Sobre la justicia expresó su voluntad de abonar a una justicia independiente de los poderes y de la política partidaria. Llamó a una reforma que haga que no se utilice como instrumento de persecución ideológica y manifestó “Nunca Más a una justicia contaminada por servicios de inteligencia, “operadores judiciales”, procedimientos oscuros y linchamientos mediáticos”. En este contexto anunció la intervención de la Agencia Federal de Investigaciones y la derogación del decreto impuesto por Mauricio Macri en 2016 que permitía a los agentes de inteligencia de disponer de fondos reservados. Asimismo anunció que esos fondos reservados serán reasignados para apalear el hambre. “Nunca más al Estado secreto” expresó Fernández.

Las respuestas pendientes

Dentro de su amplio discurso que llevó más de dos horas de extensión Alberto Fernández optó por no referirse a la legalización del aborto, tema central en la agenda del movimiento feminista y que el presidente había manifestado tratarlo como una cuestión de salud; tampoco profundizó sobre la política de este nuevo gobierno sobre los pueblos originarios, tan vilipendiados y agredidos por el macrismo, con las muertes de Santiago Maldonado y Rafael Nahuel. Se espera mayores precisiones al respecto, entre tantas otras cuestiones, que darán definiciones claras del perfil del gobierno.

Como cierre de su alocución Fernández expresó la necesidad que en este proceso de transformación es necesario “Comenzar por los últimos, para llegar a todos”. Además, instó a preguntarse si “¿Seremos capaces, como Argentina Unida, de atrevernos a construir esta serena y posible utopía a la cual nos llama hoy la historia?” y llamó a “Pongámonos de pie y empecemos nuevamente nuestra marcha”. Quizás la frase más significativa fue la misma que expresó en su discurso de triunfo en octubre “Si pierdo el rumbo salgan a la calle y haganme recordar que les estoy fallando”.

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