Por Federico Paterno
La llegada del COVID- 19 a la Argentina, muestra con claridad cómo los medios de desinformación juegan un rol primordial para generar una psicosis colectiva. Pasar en la pantalla las 24 hs un mismo tema, está claro que lo instala y genera una ola que es difícil frenar. Lo que no tiene porqué pasar es la generación de pánico constante, la desinformación de panelistas, que opinan como si estuviesen a la altura de un invitado especialista en el tema en cuestión. No existe la humildad en muchos mal llamados periodistas, que trabajan en programas que son lo más parecidos a un reality show. Son sólo comunicadores y comunicadoras de noticias, no es lo mismo que el viejo oficio de informar. Es importante como contar y evitar una cadena de desinformación que tiende al miedo general.
Sumado al nivel de atención que concentran los medios con este tema, como si fuese lo único que ocurre y todo el resto es invisible, aparece el egoísmo de clase que nuestro país tiene latente. Con las corridas y no del dólar, en cada supermercado, como si estuviésemos cerca de la tercer guerra mundial. Una paranoia obra de los medios hegemónicos y de la desinformación.
El COVID- 19 existe y es real. Las muertes son reales y también los infectados, no es sano para nadie entrar en una psicosis que nos haga pensar en un sólo tema las 24 hs del día. Hay que reflexionar y no dejar de lado, que la clase más acomodada es también la más egoísta, la que no respeta a su par. La que golpea salvajemente a un laburante y cuando declara por lo ocurrido afirma que se enorgullece de su accionar. Se llama impunidad, pero también tiene nombre y apellido: Miguel Paz.
Tenemos la obligación de pensar que pasa con ese laburante monotributista, artesano, free lance, etc; que queda atascado en medio de todo esto, y que en unos días no tendrá laburo para cobrar. No podemos tampoco dejar de reflexionar con datos en la mesa: hay 79 casos de Coronavirus y 5200 casos de posible dengue, solo en la provincia de Misiones.
En tiempos de crisis como los que se avecinan, están los que golpean a laburantes para demostrar lo guapo e inane, quienes viajan por el mundo y no cuidan a su par, porque justamente no tienen esa empatía por el otro, sólo por los de ellos. El COVID- 19 es una historia de ficción que hoy es real. Tiene muchos y muchas protagonistas, no tenemos que olvidar a los nadies, a esos que pocos piensan, y están esperando que también se informe sobre ellos.
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