Por Redación ANCAP
Foto Osiris Martí
Las medidas económicas del Gobierno de Alberto Fernández tienen una amplia cobertura sobre les trabajadores en relación de dependencia, con el aumento a 22 mil pesos del plan de Recuperación Productiva (REPRO), destinado a las empresas afectadas por la crisis que produjo el Coronavirus, como así también, con la ampliación en la Tarjeta Alimentar. No obstante esto, es para destacar que en la primera ola de Covid 19 el Gobierno decidió entregar el Ingreso Familiar de Emergencia (IFE) a 9 millones de personas que recibieron 10 mil pesos cada dos meses en tres tramos. Once millones de personas fueron las que se anotaron en ese momento en la página de la ANSES. En esta segunda ola, con un marco económico de profunda crisis y un confinamiento inicial de 9 días, no se tiene en cuenta que hacer con este universo de personas.
El joven Ministro de Economía, Martín Guzmán, al momento de aprobarse el presupuesto 2021 no tuvo en cuenta un valor destinado a un nuevo IFE, a pesar de que era muy probable que ocurra lo que se vive hoy, con más de 35 mil casos de contagios diarios y con el Gobierno pidiendo que no salgamos a las calles por 9 días.
Con los incrementos inaguantables de precios, sin medidas claras del gobierno y menos aún de la Secretaria de Comercio Paula Español, la población media no llega a cubrir la canasta básica, los comerciantes juegan a la ruleta rusa con los precios y con el bolsillo de sus pares. Mientras tanto, desde el Frente de Todos continúan advirtiendo que algo harán. Debería ser urgente. No hay más tiempo para esperar. Menos aún si tenemos en cuenta que no están destinando presupuesto a las poblaciones mas necesitadas actualmente; que son los changarines, les trabajadores de la construcción que no podrán salir a trabajar, laburantes que si no salen no cobran y si no cobran, no comen. Les trabajadores que no tienen AUH, que no son monotributistas, están absolutamente marginados.
“La restricción va a ser por un período muy corto, en todo sistema de cobertura siempre hay un sector no cubierto” fue la respuesta de Claudio Moroni, Ministro de Trabajo en el día de ayer en AM 750. Serían 9 días, Ministro, donde los bolsillos de millones de familias no contarán con ingresos. Sin dejar de mencionar que estos días pueden ampliarse y sigue sin discutirse que hacer.
La plata no alcanza para nada, eso ya no es noticia, las medidas deben cubrir a los sectores mas postergados, porque entre otras cosas, no podemos dejar de referirnos a los precios de la carne que están sin freno, y las primeras medidas no parecen ser un bálsamo para que se detengan. Desde la Unión de Trabajadores de la Tierra (UTT,) por ejemplo, siendo parte del proyecto de gobierno pero con una mirada crítica para mejorar la calidad de vida de las clases populares, en la última semana sentenciaron “El gobierno de Alberto Fernández, continúa dialogando con los mismos actores que generan esa inflación, esa pobreza y ese hambre: consorcio de exportadores ABC, cámaras de la industria frigorífica y las grandes cadenas de supermercados. Con una inflación galopante que se come los bolsillos de los trabajadores, una pobreza que abarca a 20 millones de personas (con casi siete de cada diez niños y niñas pobres), ¿por qué este tipo de iniciativas no son escuchadas y acompañadas?
¿Por qué el sistema estatal sólo ayuda al campo agroindustrial, el que envenena, no alimenta ni genera trabajo digno y además usa los frutos de la tierra como commodities?”.
La realidad nos marca que a pesar de lo que dijo el Ministro Moroni, con muy poca empatía por las clases populares, es urgente e imperiosa una medida de ayuda para quienes no podrán trabajar en este nuevo confinamiento. Son pocos días dijo el funcionario, la pregunta para hacer es: cuándo no tenés reservas para sostener esos nueve días ¿Cómo haces para comer?.