ELECCIONES 2023: LA RAPIÑA EN UNA DEMOCRACIA “PENDEVIEJA”

 Por Redacción ANCAP

Las publicidades de campaña invaden los dispositivos digitales, las calles, las radios. Millones y millones de dólares se traspasan desde arcas públicas y cuevas privadas a los bolsillos de publicistas y mercenarios mediáticos. El “photoshop” y el maquillaje corrigen cualquier defecto de imagen en las gigantografías, incluso los de nacimiento. Se polarizan los discursos mientras se aunan las voluntades extractivistas. Crece el escepticismo en un sector de la población; en otro recrudece el odio y en un tercero se exacerban las pasiones alimentadas por la nostalgia de lo que pudo haber sido y no fue. Entre tanto, el fantasma de una brusca devaluación distrae la mirada popular de la sangría del poder adquisitivo (provocada por una inflación desbocada, producto de la especulación monopólica) y de la consolidación del neoliberalismo avanzado dentro del que pretenden gobernar todes les candidates.

Todo el abanico de postulantes a cargos públicos, salvo escasísimas y honrosas excepciones, desde el aspirante a la intendendencia mas olvidada hasta quienes ambicionan la Presidencia de la Nación, adoptan la pose y dicen saber dónde hallar soluciones a los acuciantes problemas que aquejan a la sociedad argentina, la cual, hacinada en ciudades decadentes o sórdidos arrabales, cuenta con un 50 % de su población sumergida en la pobreza, mientras empresas nacionales y extranjeras la despojan y la envenenan. Hablan de “desarrollo” y se arrastran tras “inversiones” que deberían llamarse “exversiones”. Mentan la “inseguridad” y, en el mejor de los casos, hacen la vista gorda frente a la corrupción y la desidia que la generan. Se llenan la boca hablando de “Soberanía” pero les brillan los ojitos ante cualquier gringo con divisas extranjeras. Dicen estar cerca de “la gente” y viven (o aspiran vivir) en barrios privados o palacetes de lujo.

El dinero puesto en danza hace al “periodismo” hablar de “internas calientes”, “alianzas”, “rupturas”, “coaliciones”, etc., con estética netfliana y dramaturgia criolla. Todo ese “acting” busca diluir en el imaginario colectivo la lucha del pueblo jujeño contra la “dictablanda” de Morales; la lucha de los pueblos fumigados de la zona núcleo contra el agroextractivismo; la lucha del pueblo de Mendoza en defensa del agua; la lucha del pueblo de Chubut o Catamarca contra la megaminería y toda expresión de organización verdaderamente popular contra las políticas de vaciamiento que el poder real dicta a precandidates, candidates y funcionaries en ejercicio.

Crece el abstencionismo a la par que los Partidos prostituyen a esta Democracia, la cual, a pesar de que ya friza las cuatro décadas, no alcanza autonomía ni madurez. Le pintarrajean la cara, la obligan a vestir ropas provocativas y la pasean, proxenetas legales, exibiendo sus decadentes encantos. En nombre del “pragmatismo” y de la pretendida “política real”, salen en busca de esa clientela que, sumida en la mas abyecta ignorancia cívica, la corrompe y la mansilla con su lasciva candidez. En tanto, la pobre se sabe ajada por el inexorable paso del tiempo y, mientras contiene las lágrimas para que no se le corra el rimel, piensa en los sueños y las ilusiones que otrora despertara.

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