Por Juan Alberto Pérez
Finalmente cerraron las listas para las PASO de agosto sin sorpresas en las candidaturas, con algunos heridos y desplazados en cada fuerza. El oficialismo mantuvo su armado del PRO puro, más allá de la figura de Pichetto. Desde el Frente de Todos hubo preeminencia de La Cámpora y el Frente Renovador. En el espacio de Consenso Federal se apeló a las figuras peronistas en detrimento de socialistas y GEN. Por el lado de la izquierda, la unidad salvo el Nuevo MAS.
La batalla importante para estas elecciones es la presidencia de la nación. Pero no es menor remarcar que en un escenario ya definido en las candidaturas de las duplas lo que se recreó fue la competencia para ver quién metía más aliados en las listas de diputados en cada distrito. Se renuevan un total de 130 bancas a lo largo y ancho del país y en la provincia de Buenos Aires es el terreno donde se desarrollará contienda más importante en este sentido, ya que son 35 los escaños que hay que renovar. Por ese motivo la puja hasta último momento para meter aliados se realizó en todos los espacios.
El oficialismo ya tenía anunciada su dupla presidencial, con Macri y Pichetto, y su candidata a gobernadora de la provincia con María Eugenia Vidal. Este sábado antes del cierre de listas se esperaba para ver que efecto tendría en la sábana de la lista el acuerdo con Pichetto y los restantes espacios. Sin embargo, parece que no hubo un efecto cascada para los pichettistas, ya que la lista que queda debajo de Vidal está integrada por propios, radicales y la Coalición Cívica. Una lucha importante se había desarrollado en el distrito cuando el vice gobernador, Daniel Salvador, inició una movida con sus correligionarios de la UCR bonaerense para mostrar fuerza ante el cierre de listas. De hecho, el vice gobernador logró mantenerse en la fórmula y colar algunos adalides detrás. A pesar de esto, el primer lugar quedó en manos de una de las principales figuras del PRO, el ministro de seguridad bonaerense, Cristina Ritondo, quién parece premiado por su política de mano dura y gatillo fácil, ocupando la cabeza de la lista. En segundo lugar se apeló a una “outsider”, como es del gusto de Cambiemos. Se trata de María Luján Rey, madre de Lucas Menghini Rey, víctima de la Tragedia de Once. Esto en una clara demostración de por donde correran los arguementos de campaña. El tercer lugar se lo lleva el radical Miguel Bazze, mientras que cuarta quedó una de las defensoras del proyecto de ley por el aborto legal, seguro y gratuito, Silvia Lospenato. El otro referente de Cambiemos en esta última causa fue despojado de su lugar, se trata de Daniel Lipovetsky quien no fue incluído en la nómina. Para los hombres de Pichetto no hubo lugar y se cree que esto trajo una fuerte deserción en sus filas.
Por parte del espacio opositor del Frente de Todos, si bien se ve un listado variopinto, prevalecen los integrantes de La Cámpora por sobre los del Frente Renovador, los intendentes bonaerenses, movimientos sociales y sindicatos. Sergio Massa encabezará la lista, con la promesa de presidir la cámara ante un eventual triunfo. En segundo lugar quedó la actual diputada nacional y referente de La Cámpora, Luana Volonich; y en tercer lugar para Leonardo Grosso, del Movimiento Evita. También se resaltan los nombres de Cristina Alvarez Rodriguez, Máximo Kirchner y Cecilia Moreau entre los primeros seis de la lista con verdaderas chances de ingresar al recinto.
El espacio de Roebrto Lavagna y Juan Manuel Urtubey tuvo una disputa férrea. Al romper el Frente Renovador, Graciela Camaño migró hacia las huestes del ex ministro de economía, donde confluyeron el socialismo y el GEN. La disputa por el primer lugar en la lista de diputados de la provincia de Buenos Aires era esencial debido a qué es número puesto para ingresar, pero quizás sea el único lugar que consigan. Por eso se especuló hasta último momento con quién encabezaría y quién era candidato/a a gobernador/a, si Graciela Camaño o Margarita Stolbizer, u otro referente. El cargo de candidato a gobernador quedó en la figura del randazzista Eduardo “Bali” Bucca, mientras que Camaño se erigió como primera diputada, lo que generó un enojo de Stolbizer que se alejó del espacio y no aceptó el tercer lugar, al máximo que podía aspirar teniendo en cuenta la ley de paridad de género. Hasta estas horas se especula con la posibilidad de que Stolbizer integre algún tipo de armado en la Ciudad de Buenos Aires con el apoyo de Luis Barrionuevo.
El Frente de Izquierda y de los Trabajadores logró congregar más espacios de unidad. Con el ingreso de Izquierda Socialista y el MST se robustece una propuesta política que no se encuentra en otro de los grandes frentes electorales. Esa nueva unidad se refleja en el binomio presidencial encabezado una vez más por Nicolás Del Caño, pero acompañado esta vez por Romina Del Plá. En provincia de Buenos Aires Christian Castillo peleará la gobernación y el histórico Néstor Pitrola será candidato a primer diputado. Probablemente haya una división de votos con el Nuevo Más que presentará lista propia encabezada por Manuela Castiñeira con quién no se llegó a un acuerdo electoral.
El sistema electoral
En Argentina para el reparto de bancas funciona el sistema D’Hondt. Este remarca que como mínimo se debe alcanzar un 3% de los votos para aspirar a ingresar. Luego, el total de los votos obtenidos se divide por uno, después por dos, por tres y así sucesivamente hasta alcanzar al número total de cargos a cubrir, en el caso de la provincia de Buenos Aires serán 35. Los cocientes se ordenan de mayor a meno, con independencia de la lista de que provenga, en número igual al de os cargos a cubrir (Si hay dos o más cocientes iguales se los ordena en relación directa con el total de votos obtenidos por dicha listas). A cada lista le corresponden tantos cargos como veces figuren sus cocientes en el ordenamiento antes indicado. Se estima que en la provincia de Buenos Aires para acceder a una banca como mínimo se necesitan 400 mil votos.
Ya con las listas cerradas lo que se viene es el inicio de las campañas en dónde se esperará con ansias las propuestas electorales de los distintos frentes a pesar de tener una idea aproximada de que políticas implementará cada uno.